“Durante la noche, la dirección del viento ha favorecido los trabajos de extinción con lo que no se ha incrementado la superficie quemada notablemente”, explicó la portavoz de los servicios de emergencia, Carmina Lorenzo.
Los servicios de emergencias esperaban también que un descenso de las temperaturas, previsto a partir del martes, ayude a avanzar en la lucha contra el fuego. Los medios aéreos también se vieron reforzados y el martes “siete aviones y siete helicópteros” participaban en las tareas de extinción, añadió.
Parte de las 5.000 personas evacuadas de sus viviendas entre domingo y lunes han podido regresar a sus hogares el lunes por la noche. Pero el incendio, que se declaró el 4 de agosto y se reactivó el viernes pasado, arrasó más de 4.000 hectáreas de vegetación, entre las cuales centenares en el parque natural de Garajonay.
Este parque, de enorme valor ecológico, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, alberga especies vegetales endémicas que recuerdan bosques subtropicales de la era terciaria. Este ecosistema, conocido con el nombre de “laurisilva”, se aprovecha para crecer del elevado porcentaje de humedad de la isla. Pero, el aire seco de los últimos días, acompañado por una ola de altas temperaturas, redujo ese porcentaje al 11% actual, favoreciendo la propagación del fuego.
En España, sacudida por una sequía sin precedentes desde hace 70 años, ha vivido este verano los incendios más devastadores del decenio. El domingo y lunes, dos bomberos perecieron combatiendo un fuego que prendía en una zona forestal de la región de Alicante, en el sudeste del país.