La organización, especializada en la protección de los derechos de los niños, detalló en un informe de 58 páginas los ataques indiscriminados, saqueos y amenazas a estudiantes registrados en varios colegios del país.
Según Watchlist, un 38 % de las escuelas encuestadas han sufrido ataques o han sido utilizadas con fines militares. Además de por las milicia Séleka y Anti-Balaka que se enfrentan en el país, se han registrado casos de uso militar de los centros educativos por parte de la misión de la ONU (Minusca) , de la Unión Africana (Misca) y de las fuerzas francesas desplegadas en la zona.
Watchlist destacó que este tipo de situaciones se han reducido en los últimos meses gracias a los esfuerzos de la Minusca y pidió al resto de partes que sigan su ejemplo y prohíban a los militares el uso de las escuelas.
“Asegurar el derecho a la educación de los niños es fundamental para la transición a la paz en la República Centroafricana”, señaló Janine Mona, responsable de investigación de la ONG.
Se estima que entre 6.000 y 10.000 niños ingresaron en facciones armadas en República Centroafricana desde 2013, cuando las milicias cristianas Anti-Balaka se alzaron en armas contra el exgrupo rebelde Séleka, de mayoría musulmana y que había tomado el poder por las armas.
Cerca de 5 millones de personas se vieron afectadas por el conflicto armado de 2013-2014, cerca de medio millón están aún refugiadas en los países vecinos y unas 370.000 personas sufren de desplazamiento forzado dentro del país.
Además, en los últimos meses se han repetido las denuncias de abusos sexuales a mujeres y menores centroafricanas por parte de las fuerzas de paz internacionales.