La campaña “Time for Inclusive Education” (El momento para una educación inclusiva) ha conseguido que estos conocimientos que fomentan la igualdad se incluyan en el currículum escolar de forma inmediata, según ha adelantado el Ejecutivo presidido por la líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), Nicola Sturgeon.
El viceprimer ministro y responsable de Educación, John Swinney, declaró ante el Parlamento que todas las escuelas públicas recibirán los recursos necesarios para implementar estas enseñanzas, que se agruparán en varios temas, entre los diferentes grupos de edad.
Las temáticas incluirán la terminología, las identidades y la historia de los movimientos LGTBQ, abordarán la homofobia, la bifobia, la transfobia y los prejuicios en relación con las personas que se declaran LGTBQ promoviendo la educación en igualdad.
Jordan Daly, cofundador de la campaña, calificó la decisión gubernamental como una “victoria monumental” para su movimiento, que ha conseguido que el Ejecutivo regional acepte todas sus recomendaciones y estimó que es un “momento histórico” en términos sociales.
“La implementación de la educación inclusiva LGTBQ en todas las escuelas públicas es una primicia mundial. En un momento de incertidumbre global, esto envía un mensaje fuerte y claro a los jóvenes LGTBQ de que son valorados aquí, en Escocia”, afirmó.
Un estudio elaborado por “Time for Inclusive Education” reveló que nueve de cada diez LGTBQ escoceses experimentan homofobia en la escuela y un 27% declaró haber intentado suicidarse tras haber sufrido algún tipo de intimidación.
Para Swinney, Escocia ya es uno de los territorios “más progresistas de Europa en términos de igualdad LGTBQ” y ahora será el primero en “tener una educación inclusiva LGTBQ, integrada en el currículo”.
"Nuestro sistema educativo debe apoyar a todos los estudiantes para que alcancen su máximo potencial. Por eso es vital que el currículo sea tan diverso como los jóvenes que aprenden en nuestras escuelas” , indicó. Escocia se ha situado históricamente como una de las regiones europeas más avanzadas en relación con la protección legal de las personas LGTBQ, a pesar de que despenalizó la homosexualidad en 1980, trece años después que Inglaterra y Gales.