Baraibar, uno de los hombres de confianza del presidente uruguayo, José Mujica, señaló en declaraciones a Radio Uruguay que efectivamente la Cancillería de su país supo de un intento de soborno al embajador Francisco Bustillo, presidente de la delegación uruguaya en la CARP hace “dos años”, y que la denuncia fue procesada internamente por sus autoridades.
Tras el revuelo generado por sus palabras, que contradecían lo dicho por la Cancillería uruguaya, Baraibar anunció que cometió un error y señaló que ese episodio “no involucró” en ninguna forma al Gobierno uruguayo y al argentino y que decidió dar un paso al costado para no dañar las relaciones entre “ambos países hermanos”.
Bonomi había dicho que “personalmente” recibió “un acto de confianza” de Bustillo y le contó “exactamente cómo había sido toda la situación” del intento de soborno que Uruguay denunció.
Sin embargo, luego afirmó que lo que dijo se basaba en “comentarios que habían llegado a sus oídos”.
Las declaraciones de Bonomi contradecían al comunicado oficial emitido por la Cancillería uruguaya el pasado día 11, en el que se indicaba escuetamente que “ante la información de prensa que da cuenta de un diálogo e intento de soborno el señor Embajador Francisco Bustillo Bonasso niega que tal diálogo y tal intento de soborno hubieran sucedido”.
En sus declaraciones a la radio, Baraibar se mostró sorprendido por la petición de Argentina de realizar una auditoría en la CARP por un tema “viejo” y destacó que como consecuencia de eso el dragado del Canal fluvial Martín García, vital para los intereses comerciales uruguayos, haya quedado una vez más retrasado.
En ese sentido, Baraibar dijo “no compartir” los términos de la carta que el canciller argentino, Héctor Timerman, envió a su par uruguayo para pedir una auditoría, porque la denuncia de corrupción en la CARP a la que responde nunca fue un planteo oficial, sino una protesta de un diputado de la oposición uruguaya y un artículo en una revista.
“Este es un país donde la corrupción es un bicho inexistente, y sabemos que hay otros lugares donde sí pasan este tipo de cosas. Es doloroso que haya sucedido, pero no entendemos realmente cómo el Gobierno (argentino) se hace eco de la publicación de una revista”, dijo Baraibar.
El Gobierno uruguayo respondió el martes al pedido argentino de auditar el CARP, si bien alertó en un lenguaje más duro que postergar el dragado del Canal Martín García “afecta seriamente” los intereses del país.
La denuncia de un intento de soborno publicada en los medios uruguayos la semana pasada señalaba que se había ofrecido un millón de dólares a funcionarios de la CARP, formada a partes iguales por argentinos y uruguayos, para apoyar en el proceso a la empresa holandesa Riovia, que desde hace dos décadas draga el Canal Martín García.
Además, también se denunció que pese a que la CARP recibió un ofrecimiento para obras de dragado del canal varios millones de dólares mas barato que lo que se paga a Riovia, los delegados argentinos presionaron para que se mantuvieran las condiciones actuales.
Uruguay reclama el dragado del Canal Martín García de 32 a 34 pies para dotar a sus puertos de las mismas ventajas con que cuentan los argentinos, que se benefician de la mayor profundidad del Canal Mitre, por donde llegan buques de más calado hasta sus terminales portuarias.