El temor de las autoridades se justifica por el hecho de que Barranquilla, capital del departamento del Atlántico, es con 1.946 casos de zika la segunda ciudad de Colombia más golpeada por la enfermedad, superada solo por Cúcuta, en la frontera con Venezuela, con 3.097 registros, según datos del Instituto Nacional de Salud.
Sin embargo, esta situación no parece preocupar a los barranquilleros, que se preparan para gozar entre hoy y el próximo martes de su fiesta emblemática, declarada por la Unesco Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
“ Aunque se está hablando de la enfermedad del zika, yo espero no contagiarme y así gozar las fiestas ” , dijo a Efe Mariela López, de 41 años y con ocho meses de embarazo, mientras esperaba en un puesto de salud de la ciudad un control prenatal de su cuarto hijo.
Mientras en las calles se preparan los palcos para desfiles como la Batalla de Flores, la Gran Parada de Tradición, la Gran Parada de Fantasía, el Desfile del Rey Momo y el Festival de Orquestas, a los hospitales y centros médicos de esta ciudad de 1,9 millones de habitantes, cada día llegan más pacientes con la sintomatología del zika.
“ Lo importante es que la enfermedad no va a dañarme la fiesta ” , afirma el universitario Alberto Castro, integrante de una comparsa que desfilará hoy en la Batalla de Flores y que comenzó a tener los síntomas hace una semana.
Después de tres días de reposo, Castro ya presenta mejoría y está dispuesto a hacer suyo el lema del Carnaval: “ Quien lo vive es quien lo goza ” .
“ Hubiera sido muy de malas si el zika me hubiera dado en pleno Carnaval ” , agrega con un aire de tranquilidad.
Más preocupada se muestra Carmen Escorcia, quien con siete meses de gestación presenta los síntomas del zika, una enfermedad que, si se contrae en los tres primeros meses del embarazo, puede ocasionar microcefalia en el feto.
“ El médico me dijo que estuviera tranquila, que el problema hubiera sido si me da en los tres primeros meses de embarazo, pero de todos modos uno no deja de tener angustia ” , dijo Escorcia a Efe mientras hacía la fila para reclamar los medicamentos formulados.
Pero como toda crisis abre una ventana de oportunidad, el comercio, especialmente los vendedores callejeros, encontraron en el zika una nuevo filón para su negocio en estos días de fiesta en los que Barranquilla recibe a miles de turistas de otras partes del país y del exterior.
El producto estrella es el repelente contra insectos, que este año se vende a la par con sombreros, máscaras, espuma, pelucas y camisetas alusivas al Carnaval.
Uno de los que hace su agosto en febrero es Luis Pacheco, un vendedor que recorre el centro de Barranquilla ofreciendo toda clase de artículos carnavalescos, entre ellos el repelente para espantar a los mosquitos del género Aedes causante del zika.
“ Antes ni siquiera pensaba en el repelente como algo necesario, pero ahora la gente debe estar preparada para que no lo piquen y le contagien el zika ” , afirma.
Ante los riesgos que entraña el virus, la Alcaldía de Barranquilla anunció la semana pasada que fumigará las calles y avenidas por donde pasarán los desfiles del Carnaval.
Pacheco va más allá y afirma: “ Ahora que dijeron que el zika también se pega por el sexo, estoy pensando en comenzar a vender condones ” .
Los preservativos también están a la orden del día en el Carnaval gracias a que la Alcaldía repartirá 200.000 unidades en las calles para prevenir enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados y ahora el contagio del zika.
El gremio hotelero prevé que este año la ocupación no será tan buena como en años anteriores, cuando alcanzó el 100 %.
“ Puede que haya mucha gente que quiera venir, pero no lo harán por temor al zika, especialmente las mujeres embarazadas. En épocas anteriores para esta fecha ya estaba copada la reserva, lo que no ha ocurrido este año, que esperamos llegue al 92 % ”, dijo a Efe Mario Muvdi, presidente en el Atlántico de la Asociación Hotelera y Turística (Cotelco).