Según informaron los medios locales, Zardari, del Partido Popular de Pakistán (PPP), aseguró que no abandonará el país para evitar ser procesado y recordaron que la Constitución impide a todo presidente saliente presentarse a unas elecciones por un período de dos años.
Zardari afirmó ayer desde su residencia que deja su puesto con “dignidad” y “honor” y aseguró que todas las decisiones que tomó durante su mandato fueron por el bien del país.
El viudo de Bhuto cede su puesto a Mamnún Husein, de la gobernante Liga Musulmana (PML-N) del primer ministro Nawaz Sharif, quien telefoneó hoy a Zardari para felicitarle por haber completado su mandato de cinco años.
Sharif también destacó que Zardari fue el primer presidente de la historia de Pakistán que logró completar sus cinco años de mandato y remarcó que todas las enmiendas hechas a la Constitución durante su presidencia se aprobaron por “consenso”.
Tras una de esas reformas constitucionales impulsadas durante la pasada legislatura por el Gobierno del PPP, la figura de presidente quedó limitada a un papel simbólico y de representación del Estado, sin atributos de Gobierno.
El hasta ahora presidente del país ha llevado las riendas del PPP desde que su esposa falleciera en un atentado en 2007, y en los últimos meses ha ido otorgando mayor responsabilidad al hijo de ambos, Bilawal, para que se alce con el liderato de la formación.
La pérdida de la inmunidad de Zardari podría suponer la reapertura del principal caso de corrupción que pende contra él y que supuso que el Tribunal Supremo inhabilitase el año pasado al ex primer ministro Asraf Yusuf Razá Guilani por desacato.
El caso hunde sus raíces en una amnistía otorgada por el exdictador Pervez Musharraf en 2007 para facilitar la vuelta de Bhuto y de su entonces marido a Pakistán, implicados ambos en varios casos de corrupción.
El Supremo derogó en 2009 esa amnistía y en enero de 2012 recordó al Gobierno que debía cumplir sus veredictos, que incluyen la reapertura del caso que implica a Zardari por haber blanqueado en Suiza millones de dólares procedentes de sobornos, algo a lo que se opuso Guilani.
Husein, el nuevo jefe de Estado -el duodécimo en la historia de Pakistán-, es un empresario textil de la ciudad meridional de Karachi que tiene un perfil político bajo pero que ha estado en la PML-N al lado del actual primer ministro durante décadas.