Los grupos euroescépticos tendrán una importante presencia en la Eurocámara, que estará dominada de nuevo por el Partido Popular Europeo (PPE), vencedor de los comicios europeos, en los que el ultraderechista Frente Nacional (FN) causó un terremoto en Francia, al ser la fuerza más votada.
Según las estimaciones difundidas por el Parlamento Europeo, el PPE ganó las elecciones y se convertirá en la primera fuerza de la Eurocámara con 212 escaños, aunque pierde 62 diputados con respecto a los que tenía en la legislatura pasada.
La segunda fuerza política del hemiciclo europeo, compuesto por 751 eurodiputados, será la Alianza de los Socialistas y Demócratas europeos (S&D) con 185 escaños, once asientos menos (196) , mientras que los liberales de ALDE lograrán 71 eurodiputados, lo que representa una pérdida de 12 parlamentarios.
La cuarta fuerza, los Verdes europeos, obtendrá 55 escaños, una bajada de cuatro representantes respecto a la situación actual.
Los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) obtendrán 40 escaños (una pérdida notable respecto a los 57 con los que contaban hasta ahora), según los datos preliminares del Parlamento Europeo.
La Izquierda Unitaria Europea (GUE) tendrá 45 escaños frente a los 35 con los que contaba hasta ahora, en parte gracias a la victoria de Syriza en Grecia, que formará parte de ese grupo parlamentario.
El grupo Europeo de la Libertad y la Democracia (EFD) conseguirá un aumento de 5 eurodiputados, alcanzando 36 escaños.
El grupo de los No Inscritos, al que pertenece el Frente Nacional de Marine Le Pen, que logró el 25 % de los sufragios en Francia, aumentará de los 33 miembros actuales a 40, según estos datos.
Hasta 67 eurodiputados de partidos todavía sin adscripción a ningún grupo parlamentario entrarán igualmente en la Eurocámara.
Con esos resultados preliminares de las elecciones europeas, los partidos de izquierda ganaron en Rumanía, Portugal, Grecia, Eslovaquia y Suecia.
En países como Francia, el movimiento de los euroescépticos y el 25 % logrado por Marine Le Pen y su Frente Nacional, ha sido un “sunami político, un seísmo”, en palabras del primer ministro, Manuel Valls.
También ha provocado que el presidente de Francia, François Hollande, convoque para mañana una reunión de urgencia de su gabinete para examinar la nueva situación política del país.
El candidato a la presidencia de la Comisión Europea y presidente de la Eurocámara saliente, el socialista alemán Martín Schulz, señaló que el resultado obtenido por Le Pen supone que esta jornada “es un mal día para la UE”.
“El que haya ganado el Frente Nacional en Francia... No es el único país”, lamentó Schulz, durante una breve intervención ante la prensa tras conocerse los primeros resultados oficiales.
Además de en Francia, también han avanzado las fuerzas euroescépticas en el Reino Unido, Holanda, Dinamarca y Austria.
El líder del partido británico antieuropeo UKIP y presidente del grupo Europeo de la Libertad y la Democracia (EFD), Nigel Farage, vio en el ascenso de los euroescepticismos la constatación por parte de los electores de “ los dos grandes errores de la UE”.
“Se ha demostrado que la eurozona no sirve y se han abierto las fronteras a países ex soviéticos donde el sueldo es nueve veces inferior que en Reino Unido”, lamentó el eurodiputado británico.
Los sondeos también habían pronosticado un descenso de la participación ciudadana en estos comicios, los primeros que se celebran después de las medidas de austeridad adoptadas por los países de la Unión Europea para afrontar la crisis económica.
Sin embargo, aunque muy leve, solo una décima, la participación ciudadana se situó en el 43,1 % frente al 43 % de las elecciones de 2009.
“Hemos frenado la abstención. No es un resultado perfecto, no estamos satisfecho, pero al menos es la primera vez que reducimos la abstención”, dijo el presidente saliente del grupo parlamentario del Partido Popular Europeo (PPE), Joseph Daul, en una primera reacción a los resultados provisionales de las elecciones.
El presidente del grupo parlamentario de S&D, Hannes Swoboda, destacó por su parte que “la catástrofe que había sido prevista, es decir, que la tasa de participación se hundiese, no se ha producido”.