BUENOS AIRES. Cerca de mil dirigentes del peronismo argentino participaron en el Congreso Nacional que se celebró en Buenos Aires y que eligió al gobernador de la norteña provincia de Jujuy, Eduardo Fellner, como nuevo presidente justicialista, y colocó en las vicepresidencias a algunos de los candidatos con más posibilidades de competir por la Presidencia del país.
Nombres como los de los ministros de Interior, Florencio Randazzo, y Defensa, Agustín Rossi, y los gobernadores Daniel Scioli (Buenos Aires), Sergio Uribarri (Entre Ríos), y Juan Manuel Urtubey (Salta) , junto al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y al diputado Eduardo “Wado” de Pedro, de La Cámpora, las juventudes impulsadas por Máximo Kirchner, hijo de la presidenta, Cristina Fernández.
Con la convocatoria de hoy, el partido logró una normalización institucional dado que el Congreso no se reunía desde 2008 y la directiva saliente, encabezada por Scioli como sucesor del fallecido ex presidente Néstor Kirchner, tenía los mandatos vencidos y corría riesgo de perder la personalidad jurídica.
Fuentes del justicialismo consultadas por Efe coincidieron en que la designación de Fellner constituye un paso más en la preparación del peronismo para la ajustada batalla presidencial que se avecina.
“Fellner es bien visto por la mayoría del partido, es gobernador y no tiene aspiraciones presidenciales, es un buen candidato de consenso”, señalaron las mismas fuentes.
Un hombre de “perfil bajo” que, apuntaron, tomará distancia de la pelea que se ha desatado ya en el seno del peronismo por la designación del candidato a presidente.
Nada más resultar elegido, Fellner llamó “a apoyar al gobierno de Cristina Kirchner y a preparar al peronismo para seguir gobernando a partir de 2015” y cargó contra la oposición, a la que calificó como “un rejunte de voluntades que esperan aprovechar una oportunidad”.
El justicialismo “vuelve a ponerse de pie para acompañar a la presidenta”, lanzó el nuevo presidente del PJ.
“Estamos aquí para decirle a nuestro país que queremos seguir gobernando después del 2015”, subrayó.
Antes del inicio del Congreso, el jefe de Gabinete definió la convocatoria como “amplia y plural” para tener un partido “abierto” y “dinámico con protagonismo”.
Capitanich subrayó la fortaleza del oficialista Frente para la Victoria (FpV) bajo el “liderazgo claro” de la presidenta, Cristina Fernández, dentro del peronismo.
En cuanto al panorama electoral que se dibuja para el próximo año, sostuvo que el Frente Renovador, enmarcado en el peronismo disidente, tiene una “base territorial limitada”, al igual que la conservadora Propuesta Republicana (PRO), mientras que la coalición de centro-izquierda Frente Amplio-UNEN tiene un “problema de liderazgo político”, “precaria base territorial” e “inconsistencia en su proyecto político”.
“Entendemos que la competencia electoral tiene que ver con un partido político organizado recordando siempre que el peronismo es un movimiento nacional, popular, profundamente humanista, profundamente cristiano y que a su vez entendemos que el partido es una herramienta electoral”, concluyó Capitanich.
El Congreso de hoy constituye el pistoletazo de salida para la carrera electoral, que se presenta muy ajustada incluso dentro del peronismo, con aspirantes adelantados, como el gobernador Scioli, y “tapados” que esperan un guiño de Fernández, quien, en la recta final de su segundo mandato no puede optar a la reelección por ley.
Ni siquiera hay consenso todavía entre los analistas sobre si el candidato del PJ, el peronismo tradicional, será también el del kirchnerismo, aunque el nuevo presidente del justicialismo dejó claro hoy que, en cualquier caso, las candidaturas se decidirán en elecciones primarias.
“Hoy es el principio de una etapa, en la Argentina empieza el verdadero cambio es el primer paso de cara a lo que se viene”, resumió Scioli, que apura también el final de su mandato como gobernador de Buenos Aires.