El papa vuelve así con este viaje a mostrar su acercamiento con los ortodoxos, la religión mayoritaria en estos dos países, pero además no dejará de lado una de las preocupaciones de su pontificado: la cercanía a los inmigrantes y el llamamiento a la acogida.
Según el programa, el papa además de las visitas de cortesía a los presidentes, mantendrá sobre todo reuniones de carácter ecuménico.
En Sofía, donde ha entrado en vigor una ley de cultos que ha causado el descontento de todas la confesiones, se reunirá con el patriarca ortodoxo búlgaro y visitará las tumbas de los santos Cirilo y Metodio en la catedral de San Alexander Nevsky.
Al ser domingo, rezará el Ángelus para la minoría católica que representa el 1 % de la población.
El 6 de mayo, Francisco visitará a primeras horas de la mañana un campo de refugiados en Sofía y después viajará a la ciudad de Rakovsky para celebrar una misa y dar la primera comunión a algunos niños. Por la tarde, de nuevo en Sofía, participará con miembros de las varias confesiones en una oración por la paz en la plaza Nezavisimost.
El último día, Francisco viajará a Skopj, en la República de Macedonia del Norte, donde visitará el museo dedicado a la Madre Teresa de Calcuta, ya que allí nació la santa, y se encontrará con un grupo de pobres. También celebrará un encuentro ecuménico con los jóvenes y los religiosos católicos en este país.