Inesperadamente, antes de que iniciase la ceremonia, el Papa leyó un mensaje en el que pidió perdón ante los cientos de miles de católicos congregados en el Phoenix Park, por los abusos de poder, de conciencia y sexuales cometidos por la Iglesia en Irlanda.
Francisco explicó que este sábado se reunió con ocho víctimas, y que después de ese encuentro quería “poner delante de la misericordia del Señor estos crímenes y pedir perdón por ellos”.