“Que la opinión pública mundial pueda estar cada vez más atenta, sensible y partícipe ante las persecuciones dirigidas contra los cristianos y, más en general, a las minorías religiosas”, deseó.
Y añadió: “Renuevo mi llamamiento a la Comunidad Internacional para que no asista muda e inerte ante estos crímenes inaceptables, que constituye una preocupante deriva de los derechos humanos más esenciales e impide la riqueza de la convivencia entre pueblos, culturas y credos”.
Así se expresó el pontífice en una carta difundida hoy por la Santa Sede y dirigida al obispo auxiliar Latino de Jerusalén y Vicario Patriarcal en Jordania, Maroun Lahham, cuando se cumple el primer aniversario de la llegada de prófugos iraquíes a Jordania.
“He dado voz otras veces a las atroces, inhumanas e inexplicables persecuciones de quienes en muchas partes del mundo -y sobre todo los cristianos- son víctimas del fanatismo, y de la intolerancia, a menudo ante el silencio de todos”, señaló en la misiva.
Y continuó: “Son los mártires de hoy, humillados y discriminados por su fe en el Evangelio. Mi recuerdo, en forma de llamamiento de solidaridad, quiere ser señal de una Iglesia que no olvida ni abandona a sus hijos exiliados por su fe”.
El pontífice subrayó que aquellos que sufren persecución “sepan que una oración diaria se alza por ellos junto al reconocimiento por el ejemplo que nos ofrecen”. Asimismo destacó la labor de las comunidades que se han hecho cargo de “estos hermanos, evitando mirar hacia otro lado”.
“Ustedes anuncian la resurrección de Cristo al compartir el dolor y la ayuda solidaria que ofrecen a los cientos de miles de prófugos. Por inclinarse ante el sufrimiento, que amenaza con sofocar la esperanza”, dijo.
Para conmemorar el aniversario de la llegada de prófugos iraquíes a Jordania -8 de agosto de 2014-, el secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana, Nunzio Galantino, ha viajado a este país de Oriente Medio para participar en varias iniciativas y visitar algunos centros de acogida.