En una entrevista en el diario español La Vanguardia, el pontífice manifiesta que “el diálogo interreligioso tiene que ahondar en esto, en la raíz judía del cristianismo y en el fortalecimiento cristiano del judaísmo. Entiendo que es un desafío, una papa caliente, pero se puede hacer como hermanos”.
El papa, que visitó Israel y Palestina recientemente, reconoce que “la violencia en nombre de Dios” es “algo antiguo”, “las tres religiones (cristianos, judíos y musulmanes) tenemos nuestros grupos fundamentalistas” y opina que “la estructura mental del fundamentalismo es violencia en nombre de Dios”.
Respecto a la oración por la paz del pasado domingo en el Vaticano, en la que participó junto con los presidentes de Israel, Simón Peres, y Palestina, Mahmud Abás, afirma que “no era para nada un acto político -eso lo sentí de entrada- sino que era un acto religioso: abrir una ventana al mundo”.
Preguntado por el antisemitismo, responde que “el antisemitismo suele anidar mejor en las corrientes políticas de derecha que de izquierda, ¿no? Y aún continúa. Incluso tenemos quien niega el holocausto, una locura”, mientras avanza que cuando se abran los archivos del Vaticano sobre el holocausto “traerán mucha luz”.