Liu Xiaobo, reconocido intelectual y escritor, falleció el pasado jueves a los 61 años bajo custodia, después de haber sido excarcelado recientemente por un cáncer de hígado en fase terminal.
Las autoridades de Shenyang, la ciudad en la que estaba ingresado Liu, informaron en una rueda de prensa esta mañana de que el cuerpo del nobel había sido incinerado tras una breve ceremonia a la que asistió “su mujer, Liu Xia, y amigos” de la familia.
“El cuerpo de Liu fue incinerado la mañana del sábado de acuerdo a la voluntad de la familia y las normas locales”, publica por su parte la agencia oficial Xinhua. El Gobierno no precisó, no obstante, qué se hará ahora con las cenizas, entre la preocupación de los allegados, que temen que las autoridades no cumplan con los deseos de la familia.
En la rueda de prensa, responsables del Gobierno de Shenyang mostraron diversas fotografías a los medios sobre la ceremonia de despedida de Liu Xiaobo, en la que se pudo ver a su viuda, Liu Xia, mostrando a cámara una foto de su marido, visiblemente frágil, teniendo que ser sujetada por otros.
También difundieron el último momento antes de la incineración, en el que se puede ver a Liu Xia y a otros familiares frente al ataúd abierto de Liu Xiaobo.
Amigos cercanos, que denunciaron en días anteriores que las autoridades les impedían trasladarse a Shenyang, han manifestado su preocupación por el estado de Liu Xia, que ha pasado los últimos siete años sometida a un arresto domiciliario sin ser acusada de delito alguno.
La viuda fue puesta bajo control poco después de que su marido recibiera el Nobel de la Paz, en 2010, y desde entonces las autoridades han limitado sus comunicaciones con el exterior y sus salidas.
Cuando el nobel fue trasladado de la cárcel en la que cumplía condena al hospital, ella pudo reencontrarse con él en el centro hospitalario pero sus amigos aseguran que las autoridades siguen vigilándola y no le permiten comunicarse con sus amigos o con la prensa.
“Estamos muy preocupados por su salud y su estado mental después de tantos años de encierro”, manifestó ayer el activista Hu Jia en declaraciones a Efe.
Uno de los abogados que tuvo el disidente en vida, Mo Shaoping, cree que el régimen mantiene controlada a Liu Xia para evitar que “cuente la realidad de lo ocurrido con Liu Xiaobo”, explicó a Efe.
El nobel de la Paz fue condenado en 2009 a 11 años de prisión por “incitar a la subversión”, después de ayudar a escribir un manifiesto político que pedía reformas democráticas.
A finales de mayo, cuando Liu había cumplido gran parte de su condena, las autoridades anunciaron que el nobel había sido diagnosticado con un cáncer en fase terminal y poco después le ingresaron en el hospital en el que murió, sin permitirle buscar ayuda en el extranjero como deseaba.