El pasado 31 de mayo, las autoridades dominicanas informaron de la muerte, un día antes, del matrimonio estadounidense compuesto por Nathaniel Edward Holmes, de 63 años, y Cynthia Ann Day, de 49, en un hotel de la cadena española Bahía Príncipe Hotels & Resorts ubicado entre San Pedro de Macorís y La Romana, en el este del país caribeño. Pero cinco antes, en un hotel de la misma cadena, murió la también estadounidense Miranda Schaup-Werner, de 41 años, si bien su deceso no fue revelado por las autoridades dominicanas hasta el pasado 5 de junio.
El informe preliminar de las autopsias practicadas a los tres cuerpos concluye que murieron por complicaciones de salud, pero todos tenían los pulmones inundados. Las autoridades dominicanas, que se mantienen herméticas en cuanto a las informaciones, siguen a la espera de los resultados de los estudios histopatológico y de toxicología para emitir el informe final sobre estas muertes que, según fuentes consultadas por Efe, ha llevado al Gobierno a crear una mesa de crisis para tratar el asunto.
Bahía Príncipe Hotels & Resorts, por su lado, pide esperar a que concluya la investigación y afirma que hasta la fecha “no existen indicios de relación vinculable” en los casos.
A las investigaciones se ha sumado el FBI, mientras que medios estadounidenses hablan de la posibilidad de que las muertes estén relacionadas con el consumo de alcohol adulterado.
El ministro de Turismo dominicano, Francisco Javier García, asegura que se trata de “hechos aislados” y que las autoridades confían en poder “ofrecer una respuesta definitiva” a los familiares de las víctimas “tan pronto como sea posible”.
En declaraciones a Efe, el presidente de la Asociación Dominicana de Prensa Turística (Adompretur), Luis José Chávez, coincidió con el funcionario en que se trata de “casos asilados”, pero señaló que “el país no solo debe responder con argumentos retóricos ni con expresiones de buena voluntad sino con acciones aclaratorias”, debido a la importancia de este sector para la economía nacional.
“La República Dominicana es uno de los destinos más seguros de América Latina y del mundo”, apuntó Chávez, quien también preside el Fórum Iberoamericano de Periodistas de Turismo (Fipetur), aunque señaló que, según informaciones, tras los hechos se han producido cancelaciones de reservas, pero “no en una medida importante”.
Y es que, al mismo ritmo que las autoridades investigan estos hechos, en medios estadounidenses se van revelando otros casos, como, por ejemplo, que el 10 de junio otra nacional de ese país falleció en el Excellence Resort, en Punta Cana (este).
Leyla Cox, según informaron ayer las autoridades, murió por los problemas cardíacos que sufría antes de llegar a la nación caribeña. El ministro de Salud Pública dominicano, Rafael Sánchez Cárdenas, dijo ayer en rueda de prensa que el fallecimiento de Cox fue debido a su condición “premórbida”, ya que sufría de cardiomegalia (corazón grande), era hipertensa y había sufrido varios infartos.
"Hay un manejo comunicacional perverso, particularmente de la (cadena estadounidense) Fox Internacional (...) es claro que todo es un montaje, se está haciendo con intención maliciosa para perjudicar los servicios turísticos que ofrece el país", dijo el ministro dominicano, que contradecía así al hijo de la fallecida, William Cox, que en declaraciones a medios de EE.UU. dijo que el óbito le parecía sospechoso.
Estos casos han llevado a varias personas a denunciar otras cuatro muertes en similares circunstancias a lo largo del último año, de las que las autoridades locales no han dado detalles.
A estos fallecimientos se suma el brutal ataque que la también estadounidense Tammy Lee Lawrence Daley aseguró haber sufrido en enero pasado cuando estaba hospedada junto a su esposo en el hotel Majestic Elegance, en la paradisíaca Punta Cana.
El hotel, sin embargo, afirmó que la mujer dio a conocer su versión de los hechos después de que la instalación se negara a pagarle una indemnización de 2,2 millones de dólares.
La República Dominicana tiene en el turismo su principal fuente de ingresos, y, según las cifras oficiales, en 2018 recibió 6,5 millones de turistas, casi el 60 % procedente de Norteamérica, y 1 millón de cruceristas. Los ingresos por turismo sumaron el año pasado 7.600 millones de dólares, de acuerdo con las mismas cifras.
En una reciente comparecencia ante la prensa, el ministro de Turismo señaló que en los últimos 5 años la República Dominicana ha recibido más de 30 millones de turistas "y es la primera vez que la atención de la prensa internacional se hace eco de una situación que se pueda calificar de preocupante".