“Hoy por primera vez el Ejército expedirá órdenes de alistamiento a miles de jóvenes ortodoxos”, anunció el diario Maariv, que sin embargo no cree que nadie, ni siquiera los altos mandos, espere que los afectados acudan a las oficinas de alistamiento.
Por el momento, el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, se ha limitado a ordenar el procesamiento de los datos de estos jóvenes, en una orden que cancela la exención automática de la que la comunidad ultraortodoxa disfruta desde que el fundador de Israel, David Ben Gurión, les concediera este privilegio en 1951.
La Ley Tal, legislada en 2002 y declarada inconstitucional hace unos meses por el Tribunal Supremo por considerarla “discriminatoria”, regulaba esas exenciones originales en función de las necesidades del momento.
Los jueces exigieron al Gobierno de Benjamín Netanyahu que corregiera esa aberración, lo que no ha podido hacer hasta ahora por impedimentos políticos dentro de su coalición parlamentaria.
La orden de Barak se traducirá en el envío de la primera convocatoria (hay al menos otras dos hasta el alistamiento a los 18 años) a todo joven mayor de 16 años y medio, pero no establece regulación alguna para los demás.
“Este es un día importante. La situación que había hasta ahora no se repetirá”, afirmó Barak sobre un cambio que pone al Ejército frente a no pocas dificultades.
El Maariv destaca que una de ellas es la de aplicar sanciones a los que no se presenten, porque las cárceles militares se llenarían en cuestión de días, creen los altos mandos.
El ministro de Defensa dio ayer al Ejército un plazo de un mes para que le entregue una propuesta práctica, en un plan temporal hasta que el Parlamento logre sacar adelante una nueva ley.
El plan deberá tener en cuenta el mandato del Supremo, las facultades de los reclutas, los requisitos y necesidades del Ejército y el principio de “compartir la carga” del servicio militar entre toda la población.
En Israel, los varones prestan un servicio de 36 meses y las mujeres de 24, del que sólo quedaban exentos hasta ahora los de la comunidad ultraortodoxa y los de la minoría árabe.
También pueden eludirlo las mujeres que se declaren “religiosas” y que, por motivos de modestia y decoro, prefieren la prestación de servicios a la comunidad.
Según la norma establecida por Ben Gurión, los varones ultraortodoxos sólo deben declarar que dedican toda su jornada al estudio de la Torá, lo que por otro lado les impide trabajar y les condena a la pobreza.
Las primeras estadísticas indican que anualmente hay unos 8.500 jóvenes ultraortodoxos en edad de alistamiento, aunque debido a que Israel también recluta para la reserva hasta los 40 el número global saltaría inmediatamente a 75.000.
En el improbable caso de que muchos decidieran alistarse, el Ejército tampoco tiene la posibilidad de darles cabida, porque sus creencias religiosas exigen la completa separación de hombres y mujeres, la garantía de comer alimentos certificados por rabinos de su comunidad y un orden del día que respete rezos y estudio.
Hasta unos 2.400 soldados de la comunidad han prestado servicio en el batallón ultraortodoxo “Netzaj Yehuda” desde su creación hace una década, en un programa piloto contemplado en la Ley Tal que ha revelado éstas y otras dificultades.
Una de las posibilidades que baraja el Ejército es derivar a muchos de ellos a funciones tecnológicas y logísticas, en lugar de a batallones de combate separados.
El general retirado Eliezer Stern, excomandante del Departamento de Personal del Ejército, declaró hoy a la radio pública que “nadie debe esperar una afluencia masiva de ultraortodoxos” a las oficinas de alistamiento y que, en la práctica, “las cosas seguirán como están”.
Tampoco en la comunidad parecen alterarse demasiado por su nueva situación, mientras que en las oficinas de alistamiento no se registraba hoy ninguna novedad.
En la de Tel Hashomer, a las afueras de Tel Aviv, un joven ultraortodoxo que se presentó voluntario independientemente de la nueva situación, consideró que eventualmente todos sus colegas acabarán con el uniforme militar.
“La pregunta es cuándo ocurrirá”, declaró el joven, identificado únicamente como Matán, a la edición electrónica del diario Yediot Aharonot, al que aseguró que “es posible ir al Ejército y a la vez estudiar Tora”.