El grupo radical Estado Islámico (EI) impuso hoy la pena de recibir latigazos a cinco ciudadanos en la localidad de Basira, en el este de la provincia de Deir al Zur (noreste de Siria), tres de ellos por no cerrar sus comercios a la hora de la oración y otros dos por vender cigarrillos.
La organización yihadista, que impone en los territorios que controla una interpretación radical de la “sharía” o ley islámica, exige, entre otras cosas, que los comercios sean cerrados durante las cinco oraciones musulmanas diarias y que las mujeres porten el niqab (velo que tapa el rostro).
Además, prohíbe la venta de tabaco, el consumo del alcohol, la ingesta de estupefacientes y que se pronuncie la palabra “daesh” (las siglas en árabe del EI), que considera un insulto.
En un vídeo publicado hoy, el EI aseguró que ha decapitado a una veintena de soldados sirios y al rehén estadounidense Peter Kassig, secuestrado por ese grupo yihadista en Siria.
El EI, que controla desde hace meses partes de Siria e Irak, ha asesinado a cientos de personas bajo diferentes acusaciones, tras instalar en los territorios bajo su dominio un “califato” en el que rige una interpretación radical del islam suní.