Este fenómeno se traduce en una fuerte alza del consumo de heroína en todo el mundo, desde Estados Unidos a China. El consumo de esta droga había conocido un fuerte retroceso hace unos 20 años, según la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).
La producción de opio, a partir del cual se fabrica la heroína, se ha más que duplicado en dos años para llegar a las 7.554 toneladas en 2014, según la UNODC.
Las superficies cultivables en Afganistán —que genera el 85% de la producción mundial de opio— han aumentado un 7% el año pasado, hasta las 224.000 hectáreas.