¿El Monte del Templo o la Explanada de las Mezquitas?

Cuando en el año 70 d. de C., Vespaciano, emperador romano, envió a su hijo Tito a acabar con una revuelta en la provincia de Judea, este terminó sometiendo a Jerusalén para luego destruir el Templo y saquear a sus anchas la ciudad.

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El Emperador jamás habría podido imaginar que 700 años después, el lugar, donde su “retoño” y también futuro emperador, hiciera añicos el Templo sagrado de la primera religión monoteísta de la humanidad, sería el sitio donde otro gran culto religioso ubicaría uno de sus espacios sagrado. 

Conocido como Monte del Templo por los israelíes y Explanada de las Mezquitas por los árabes, es el mismo sitio donde supuestamente el profeta Mahoma inició su viaje hacia los Siete Cielos sobre Burak, su blanco caballo alado, o dicho de manera más simple, murió allí. 

Quince hectáreas conflictivas

Hoy, ese pedazo de tierra de poco más de 15 hectáreas, controlado por Israel y administrado de común acuerdo por Jordania, es como una barra de hierro al rojo vivo para el gobierno del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu. 

El ataque de tres terroristas palestinos que con disparos a quemarropa, mataron a dos policías israelíes para luego huir hacia la zona de las mezquitas, culminó con la muerte de los atacantes y fue la razón por la que cerraron los accesos a los sitios de oración de los fieles.

Aunque esa medida solo duró horas, lo siguiente, la colocación de detectores de metales y cámaras de seguridad, encendieron el ánimo del mundo musulman.

Incidente en Jordania

En plena convulsión por la medida, un guardia israelí mató en circunstancias no tan claras a dos personas en el interior de la embajada de Israel en Amman, capital de Jordania. Uno de los fallecidos era el dueño de la casa donde funciona la embajada y el segundo, el atacante, que con un destornillador clavó varias veces al guardia antes de ser eliminado. 

Una sucesión de eventos lamentables seguido de errores en la manera de proceder ante estas situaciones y demasiado fanatismo por un lado o nacionalismo por el otro, ha puesto en juego la relativa estabilidad en una región caracterizada por los constantes conflictos sobre todo desde la creación del Estado Judío en 1947 y últimamente quebrada por esporádicos ataques de “lobos solitarios” fanatizados con ISIS o algún que otro cohete lanzado desde la Franja de Gaza. 

Más soberanía, menos seguridad

Los detractores de Netanyahu reclaman al gobierno que ha puesto más énfasis en la soberanía que en la seguridad y la decisión de colocar detectores de metales y cámaras a la entrada de la Explanada de las Mezquitas, donde los musulmanes acuden a realizar sus oraciones fue el detonante para una escalada de violencia que amenazaba con pasar a mayores. 

Los enemigos de Israel no desperdiciaron la oportunidad para lanzar encendidos discursos, proclamas y llamados a acabar con el “ocupante”. 

El ataque acontecido al interior de la embajada de Israel en Jordania creó una brecha, más no un quiebre entre los vecinos firmantes de un Tratado de Paz que ahora la población pide romper a cualquier costo.

En medio de presiones y reclamos, las autoridades de Israel han prometido realizar exhaustivas investigaciones del hecho. 

Tal cosa difícilmente suceda por la enorme importancia estratégica y económica que representa Israel para Jordania y aún más, teniendo un enemigo en común, Irán, que cada día intenta insertar sus garras y gestionar un liderazgo en la región. 

No más detectores de metales

Israel ha dado un marcha atrás y para suavizar en parte un ambiente muy denso, ha procedido a retirar los detectores de metales pero con la severa advertencia de que las fuerzas de seguridad no tolerarán ningún tipo de agresión o comportamiento violento desde la Explanada de las Mezquitas.

Ha pasado el primer día luego de la retirada de los detectores y algunos disturbios en zonas de Cisjordania y en otros lugares cercanos a la frontera con Gaza han cobrado la vida de un joven palestino y varios más han quedado heridos tras chocar contra las Fuerzas de Defensa de Israel, sin embargo, donde más se palpitaba la tensión, en la zona del Monte del Templo, las oraciones han concluido sin incidentes ni nada que lamentar, quizás porque una de las medidas dispuestas fue permitir el ingreso a personas mayores de 50 años y a todas las mujeres en la oración matutina y sin restricciones para la vespertina.

Pronosticaban un día de furia en Jerusalén, pero los esporádicos enfrentamientos se dieron en Belén, Naplusa, Kalkilya, Hebrón, Kafr Qadum y la Tumba de Raquel. 

Los próximos días serán cruciales, ya sea para recuperar en parte la tranquilidad, la rutina y algo de armonía en la convivencia o quizás estas medidas no hayan sido suficiente para apaciguar los ánimos y los disturbios, ataques y enfrentamientos vuelvan a ser la constante de la zona.

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