Así lo revela hoy el dominical británico “The Sunday Times”.
Según fuentes al tanto del estado de la torre que alberga el Big Ben, el mecanismo del reloj, que pesa cinco toneladas, “está por fallar y este es un problema catastrófico”, por lo que es necesario empezar con la reparación lo antes posible.
Si bien no hay problemas estructurales en el edificio, ubicado en el palacio de Westminster, hay fallos en las agujas del reloj y un desequilibrio en el péndulo, lo que hace cada vez más difícil que pueda dar la hora de manera exacta, agrega el rotativo.
El plan de restauración incluye instalar un ascensor en la torre y modernizarla para que cumpla con los requisitos de seguridad que establece la estricta Ley de Seguridad y Salud británica, que regula todos los lugares donde trabaja gente.
Según la misma fuente, estos trabajos han sido ya aprobados por el comité administrativo de la Cámara de los Comunes, y el coste ha sido estimado en unos 40 millones de libras.
Los expertos aún no saben el tiempo que durará detener el reloj para hacer las reparaciones, pero se estima que puede llegar hasta tres años debido al difícil estado en que se encuentra.
Esta no es la primera vez que el reloj, cuyas campanadas al dar la hora, la media hora y los cuartos tienen un sonido distintivo, fue parado, siendo la última en 2007.
También quedó en silencio mientras se hacían labores de mantenimiento en 1934, 1956 y 1990, mientras que en 1976 no se escucharon las campanadas durante meses debido a un fallo.
En 1916 las campanas del Big Ben fueron silenciadas para impedir que los dirigibles Zeppelines alemanes utilizaran el reloj como punto de referencia de navegación.