Las víctimas, identificadas como combatientes del grupo progubernamental Hashed al Shabi (Movilización Popular) que lucha contra los yihadistas en el sur de Irak, fueron colgadas con cadenas a una barra con las manos y los pies atados y luego quemados vivos.
Según el EI, que controla numerosos territorios en Irak y en la vecina Siria, la ejecución es una venganza por cuatro de sus hombres que supuestamente murieron quemados a manos de las fuerzas progubernamentales.
El EI ha llevado a cabo numerosas atrocidades en los territorios que controla en Irak y Siria, entre ellas ejecuciones masivas, secuestros y violaciones de miembros de minorías religiosas.
Muchos de estos asesinatos, incluyendo decapitaciones, fusilamientos y ahogamientos, han sido luego difundidos en vídeos publicados en internet.