Esto es según el recuento difundido hoy por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
De las víctimas mortales en el último mes, al menos 37 eran civiles; 24, miembros del EI; seis, combatientes de facciones rebeldes y de las milicias kurdosirias; 12, efectivos de las fuerzas gubernamentales; y un soldado desertor.
Estas personas fueron asesinadas en las provincias de Al Raqa, Deir al Zur y Al Hasaka, en el noreste de Siria; Alepo, en el noroeste; Homs, en el centro; y en la periferia de Damasco.
El EI les acusó de distintos cargos como apostasía, espionaje, luchar contra la propia organización extremista, sodomía, colaborar con los grupos rebeldes, intentar desertar del grupo radical y huir a otros países, contrabando de alcohol y fotografiar cuarteles de los yihadistas, entre otros.
Con estos fallecidos aumenta a 4.144 la cifra de personas ejecutadas extrajudicialmente por el EI en el territorio sirio desde el anuncio de un califato en Siria e Irak el 29 de junio de 2014. De esos muertos, al menos 2.234 eran civiles, 84 de ellos menores de edad.