La ONG, que cita a un cabecilla desertor del EI, explicó que el motivo, especialmente en el caso de chechenos, turkmenos y de otros combatientes del Cáucaso, es la creencia de que su lucha con esta organización es equivocada y prefieren unirse al Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda, para combatir a Rusia.
Según la fuente, esta visión se agudizó con los preparativos rusos para apoyar al régimen de Bachar al Asad con la campaña de bombardeos iniciada a finales de septiembre pasado.
Los 200 desertores del EI fueron asesinados por otros miembros del grupo tras huir de la ciudad de Al Raqa, principal bastión de los yihadistas, al área de Al Makirshi, en su periferia, y sus cadáveres fueron arrojados a una fosa en la zona de Al Huta, también en el extrarradio de esta urbe.
La fuente disidente señaló al Observatorio que otros veintiún milicianos caucásicos murieron por los disparos de armas automáticas de sus compañeros de filas en agosto pasado cuando preparaban su huida de los alrededores de la base militar de Kueires, en las proximidades de la localidad de Alepo.
Ese aeropuerto castrense lleva meses rodeado por los extremistas y en él hay atrapadas fuerzas del régimen sirio. Actualmente, el ejército nacional, respaldado por aviones rusos, lleva a cabo una ofensiva en esa área para expulsar al EI.
EL EI proclamó un califato a finales de junio de 2014 en Siria e Irak, donde ha tomado partes del norte y el centro de ambos Estados.