Mursi, un islamista derrocado por un golpe militar del actual presidente Abdel Fatah al Sisi en julio de 2013, fue condenado a muerte en junio con un centenar de personas por evadirse de la cárcel y atacar a la policía durante las revueltas de 2011, que expulsaron a Hosni Mubarak del poder.
En otro juicio, en el que se le acusó de espiar para Hamas, Hezbolá e Irán, el expresidente fue condenado a cadena perpetua, esto es, 25 años de reclusión, según las leyes egipcias.
En ambos casos, “hemos interpuesto un recurso ante la corte de casación para todos los condenados encarcelados, incluido Mursi”, dijo el abogado Abdel Moneim Abdel Maqsud a la AFP .
Desde que el ejército destituyera a Mursi, sus partidarios son el blanco de una sangrienta represión, al mismo tiempo que las autoridades son acusadas de instrumentalizar el poder judicial en su lucha contra los islamistas.