Socorristas que trabajan en el lugar de la tragedia indicaron a la AFP el hallazgo de una de las cajas negras, si bien esto podría no ayudar a determinar el origen del supuesto misil. Las autoridades ucranianas y los separatistas prorrusos se acusan mutuamente de haberlo lanzado.
El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, acusó directamente este viernes a Rusia. “Los rusos han ido demasiado lejos. Es un crimen internacional cuyos responsables deben ser juzgados en La Haya”, afirmó, según la agencia Interfax-Ucrania
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió por su lado una investigación “rápida” y “sin trabas”, durante una conversación telefónica con Mark Rutte, primer ministro de Holanda, de donde eran originarios 154 de los pasajeros que viajaban en el avión de Malaysia Airlines. Para ello, Estados Unidos exigió a todas las partes implicadas —Ucrania, separatistas prorrusos, Rusia— un “alto el fuego inmediato”.
En el lugar donde se estrelló el avión malasio, yacían esparcidos numerosos cadáveres y no había el menor signo de posibles supervivientes, constató la AFP.
Los rebeldes prorrusos permitirán a los investigadores acceder con seguridad y sin poner trabas al lugar, anunció este viernes la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) .
Expertos de los servicios de inteligencia norteamericanos estimaron que un misil tierra-aire abatió el Boeing 777 que partió de Amsterdam hacia Kuala Lumpur. Los analistas están revisando la información para determinar si el misil fue disparado por separatistas prorrusos, según un funcionario que pidió no ser identificado.
Canadá señaló la responsabilidad de Rusia. “No sabemos aún quien es el autor de este ataque, pero seguimos condenando los actos de agresión militar por parte de Rusia, así como la ocupación ilegal de Ucrania (...), fuente del actual conflicto en la región” declaró el primer ministro Stephen Harper en un comunicado.
Lo ocurrido es consecuencia de “una crisis en Ucrania alimentada por el apoyo ruso a los separatistas, incluso con armas, material y entrenamiento” , coincidió un portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Por su lado, el presidente ruso, Vladimir Putin, señaló que “esta tragedia ha demostrado de nuevo la necesidad de una solución urgente y pacífica a la crisis aguda en Ucrania”, aseguró en conversación telefónica con el primer ministro Rutte.
Muchos de los pasajeros que se encontraban en el avión de Malaysia Airlines viajaban a una conferencia mundial sobre sida que tendrá lugar el fin de semana en Melbourne, informó el director de Onusida, Michel Sidibe. Entre ellos estaba el investigador holandés Joep Lange, figura internacional de la lucha contra esa pandemia.
Además de los 154 holandeses, el avión transportaba a 43 malasios -incluidos 15 miembros de la tripulación-, 27 australianos, 12 indonesios, nueve británicos, cuatro alemanes, cinco belgas, tres filipinos y un canadiense, según el último informe de la aerolínea publicado este viernes. La nacionalidad del resto de los pasajeros aún no fue determinada.
En Holanda, la prensa del viernes estaba en “estado de conmoción” y denunciaba un “atroz crimen”. La prensa rusa se interrogaba sobre la identidad de los responsables de la tragedia.
Mensajes incluidos en sitios internet de los rebeldes —y luego rápidamente borrados— así como conversaciones interceptadas por los servicios de seguridad ucranianos dan a entender que el aparato pudo ser derribado por error por los insurgentes, al haberlo confundido con un avión militar ucraniano.
Si se confirmara esta hipótesis —que debe ser tomada con prudencia en el contexto de una violenta guerra de propaganda y desinformación—, la posición de los separatistas y de su aliado, el presidente Putin, se debilitaría de manera considerable.
Afectadas por las consecuencias de la tragedia, las principales bolsas asiáticas cerraron el viernes con bajas, y la misma tendencia seguían las europeas al iniciar sus sesiones.