Estados Unidos presentó sus argumentos de cierre en el marco del procedimiento iniciado por Irán en julio en su contra para obtener el levantamiento de las sanciones reimpuestas por Donald Trump contra la República islámica.
Irán afirma que las medidas estadounidenses son violaciones flagrantes de las disposiciones del tratado estadounidense-iraní de 1955, que prevé “relaciones amistosas” entre ambas naciones e impulsa intercambios comerciales.
“Irán no invoca el tratado de amistad de buena fe en este procedimiento”, replicó la representante de Estados Unidos, Jennifer Newstead. “Irán no puede ser autorizado a involucrar a esta corte en una campaña política y psicológica” contra Estados Unidos, añadió.
Estados Unidos afirmó que la reanudación de las sanciones era necesaria para proteger la seguridad internacional y rechazó la competencia de la CIJ en este caso. El presidente estadounidense retiró en mayo su país del acuerdo sobre el tema nuclear firmado por Irán y las grandes potencias en 2015, en el que Irán se compromete a no buscar dotarse del arma atómica.
Esta retirada significó el restablecimiento de las sanciones estadounidenses a la República islámica, que incluye bloqueos a las transacciones europeas y las importaciones de materias primas, así como medidas sobre las compras en el sector automóvil y la aviación comercial.
Las sanciones estadounidenses causan enormes sufrimientos a la población iraní, afirmó el gobierno iraní durante los cuatro días de audiencia.
“Ambas partes se refirieron con frecuencia a la mala fe de la otra” durante el procedimiento, analizó el profesor en derecho internacional Eric de Brabandère. “Los jueces son conscientes de los engranajes políticos” pero la Corte “se concentrará estrictamente en los aspectos jurídicos del asunto”, agregó.
La CIJ se pronunciará “cuando sea posible”, indicó el juez presidente Abdulqawi Ahmed Yusuf, sin precisar fecha.