Aunque esa decisión, autorizada según el WSJ por el presidente Barack Obama, eleva el riesgo de que el ejército estadounidense entre en conflicto directo con las tropas sirias, los funcionarios estadounidenses consultados por el diario consideran que el Gobierno de Bachar al Asad no pondrá a prueba la nueva fuerza.
Obama, según el Journal, autorizó el uso de la fuerza aérea para defender a los integrantes de la nueva fuerza de combate respaldada por Estados Unidos en Siria si es atacado por las fuerzas gubernamentales u otros grupos.
Esa decisión, según las fuentes del periódico, puso fin a un debate sobre el papel que el ejército estadounidense debe desempeñar en el apoyo a sus “pocos aliados” en el campo de batalla en Siria.
El WSJ señala que la nueva fuerza de reciente creación que respalda Estados Unidos en Siria se ha comprometido a luchar contra el Estado Islámico, y contra el régimen.
Añade que Alistair Baskey, un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, se negó a comentar los detalles de las nuevas reglas de combate aunque recordó que el Gobierno estadounidense ha dejado claro que “tomará las medidas necesarias para garantizar que estas fuerzas podrían realizar con éxito su misión”.
Asimismo, mencionó el portavoz que Estados Unidos apoyará a las fuerzas entrenadas por el Pentágono incluso con “fuego defensivo” para protegerlas.
Según el diario, el ministerio de Defensa de EE.UU. ha tenido problemas para reclutar a rebeldes para el nuevo programa de formación y equipar la fuerza que puso en marcha el año pasado, en parte debido a que pide a sus integrantes luchar contra el Estado islámico en lugar de contra el régimen de Al Asad.
La mayoría de los rebeldes ven al gobierno como su principal enemigo, añade.
Funcionarios militares estadounidenses, según el Journal, dicen menos de 60 rebeldes han completado el programa de formación Pentágono y vuelto a entrar en la lucha hasta ahora, poniendo en duda el esfuerzo.