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"El Departamento de Estado, el Pentágono (Defensa) y el Congreso de Estados Unidos" avalan la venta de los cazabombarderos F-18 Super Hornet, afirmó Robert Grower, ejecutivo de la compañía Boeing que visita Brasil.
Las fábrica norteamericana Boeing participa de una licitación junto a la empresa Dassault, de Francia, y la sueca Saab, para la venta de 36 aviones de combate a la Fuerza Aerea Brasileña (FAB), por un monto cercano a los 4.000 millones de dólares, según estimaciones privadas.
El presidente Luiz Lula da Silva y el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, manifestaron sus preferencias por los cazas franceses Rafale, luego de que el presidente francés Nicolás Sarkozy prometió ceder la tecnología para que las naves puedan ser construidas en Brasil.
El ministro Jobim también expuso sus reservas sobre la conveniencia de comprar los F-18 norteamericano alegando que Washington impone restricciones a la liberación de información tecnológica.
En ese sentido el representante de Boeing afirmó que "la idea de que Estados Unidos limitarán de alguna forma la transferencia de tecnología es simplemente una exageración", publicó hoy el diaio Correio Braziliense.
El gobierno brasileño lanzó el año pasado su nueva Estrategia Nacional de Defensa, en la que fueron revisadas las hipótesis de guerra y se establece como prioridad implantar una industria bélica de punta, apta para exportar armamentos especialmente hacia America Latina.
Robert Grower aseguró que Estados Unidos decidieron adoptar "medidas inéditas (sobre cesión de información sensible) para cumplir atender los objetivos brasileños".
En tanto la Embajada de Estados Unidos en Brasilia reiteró recientemente el interés de su gobierno en vender armamento a Brasil, reforzando la posición expresada en su momento por la secretaria de Estado Hillary Clinton.
El mes pasado Clinton había conversado sobre el tema con su par brasileño Celso Amorim.
Las fábrica norteamericana Boeing participa de una licitación junto a la empresa Dassault, de Francia, y la sueca Saab, para la venta de 36 aviones de combate a la Fuerza Aerea Brasileña (FAB), por un monto cercano a los 4.000 millones de dólares, según estimaciones privadas.
El presidente Luiz Lula da Silva y el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, manifestaron sus preferencias por los cazas franceses Rafale, luego de que el presidente francés Nicolás Sarkozy prometió ceder la tecnología para que las naves puedan ser construidas en Brasil.
El ministro Jobim también expuso sus reservas sobre la conveniencia de comprar los F-18 norteamericano alegando que Washington impone restricciones a la liberación de información tecnológica.
En ese sentido el representante de Boeing afirmó que "la idea de que Estados Unidos limitarán de alguna forma la transferencia de tecnología es simplemente una exageración", publicó hoy el diaio Correio Braziliense.
El gobierno brasileño lanzó el año pasado su nueva Estrategia Nacional de Defensa, en la que fueron revisadas las hipótesis de guerra y se establece como prioridad implantar una industria bélica de punta, apta para exportar armamentos especialmente hacia America Latina.
Robert Grower aseguró que Estados Unidos decidieron adoptar "medidas inéditas (sobre cesión de información sensible) para cumplir atender los objetivos brasileños".
En tanto la Embajada de Estados Unidos en Brasilia reiteró recientemente el interés de su gobierno en vender armamento a Brasil, reforzando la posición expresada en su momento por la secretaria de Estado Hillary Clinton.
El mes pasado Clinton había conversado sobre el tema con su par brasileño Celso Amorim.