“Pude decirle cara a cara, por primera vez, que el gobierno de Ecuador sigue firmemente comprometido a proteger sus derechos humanos y que seguimos buscando garantías para evitar cualquier otra extradición a un tercer Estado” , dijo Patiño en declaraciones difundidas a la prensa desde la embajada, donde continuaba tres horas después de su llegada.
“Durante la reunión pudimos hablar sobre las amenazas crecientes contra la libertad de la gente para comunicar y conocer la verdad, amenazas que vienen de algunos Estados que han puesto a toda la humanidad bajo sospecha” , agregó.
El canciller, que el lunes tratará de buscar una salida al caso con su homólogo británico William Hague, agregó que encontró a Assange “animado a pesar de las limitaciones de su alojamiento” .
Assange dijo por su parte que habían mantenido una “muy buena reunión” , en la que el canciller le expuso “como él y el gobierno ecuatoriano están buscando activamente una solución” a su situación, y se declaró “inmensamente agradecido por el apoyo” que el presidente Rafael Correa, Patiño y el pueblo de Ecuador le brindan desde hace un año.
Antes de su encuentro, Patiño y Assange se asomaron a una ventana de la legación a saludar al centenar de personas que se habían congregado en la calle para expresar su apoyo al australiano, y posaron para los fotógrafos conversando amigablemente mientras la multitud coreaba en español “Julian, amigo, el pueblo está contigo” .
El canciller, el más alto representante del gobierno ecuatoriano que visita a Assange en la legación, llegó en torno a las 18H30 locales (17H30 GMT) acompañado de la embajadora, Ana Albán.
La llegada de Patiño a Londres despertó esperanzas de una resolución del caso entre los partidarios del creador de WikiLeaks, entre ellos una mayoría de ecuatorianos y otros ciudadanos latinoamericanos.
“En este país, siendo pionero de los derechos humanos, nunca se ha dado semejante injusticia” , declaró Edwin Pazmiño, miembro del Movimiento Ecuador en el Reino Unido.
“Esperemos que mañana en la reunión con el ministro británico salga algo positivo y el gobierno acepte otorgar el salvoconducto a Julian Assange para que viaje a Ecuador” , agregó este hombre de 43 años, vestido con una camiseta de fútbol de Ecuador.
Assange, de 41 años, vive desde el 19 de junio de 2012 en una habitación mal ventilada de unos 20 m2 dentro de la embajada situada en la planta baja de un edificio victoriano de ladrillo rojo, cercano a los famosos grandes almacenes Harrods, custodiado día y noche por policías británicos que tienen orden de arrestarlo en cuanto ponga un pie fuera.
Cuando llamó a la puerta de la legación sudamericana, el exhacker rubio platino estaba a punto de ser extraditado a Suecia, país que le requiere por cuatro supuestos delitos de agresión sexual que él niega, al término de una larga e infructuosa batalla legal en el Reino Unido.
Assange teme que Suecia sea sólo una escala antes de su entrega a Estados Unidos, donde según él puede ser condenado a la pena de muerte o a cadena perpetua por haber filtrado a través de su portal WikiLeaks cientos de miles de documentos secretos estadounidenses sobre las guerras de Irak y de Afganistán y cables confidenciales del Departamento de Estado.
Patiño dijo antes de partir el sábado de Quito esperar que su visita a Londres “ayude a llegar a una solución” .
El canciller se reunirá el lunes con Hague y le entregará un documento en donde Ecuador fundamenta “no solamente por qué nosotros le damos el asilo sino por qué el Reino Unido tiene todas las facultades para conceder” un salvoconducto.
“Ojalá (1/8)Londres(3/8) no se demore mucho en reconocer el derecho de Assange de vivir en libertad” , indicó.
Patiño y Hague mantuvieron un primer encuentro el 27 de septiembre en Nueva York, donde se comprometieron a seguir buscando una salida diplomática al caso.
El Reino Unido dijo esperar por su parte que la visita de Patiño “contribuya a nuestro compromiso mutuo de buscar una solución diplomática a este asunto” , según un portavoz del Foreign Office.
La llegada del canciller ecuatoriano a la capital británica se produce apenas días después del anuncio del reemplazo de la hasta ahora embajadora Ana Albán, bajo cuya gestión estalló el caso Assange, por el exsuperintendente de bancos Juan Falconí Puig.
La prensa británica interpretó este cambio como una posibilidad de que se vaya a producir pronto un avance significativo.
El australiano, que antes de recluirse en la embajada pasó 10 días en una cárcel británica y 590 días en libertad vigilada, es consciente de la dificultad de su caso, pero mantiene “esperanzas” .
“Sigue siendo una situación complicada de solucionar, porque hay mucho prestigio en juego” , dijo en una entrevista con la AFP .