La Asamblea Ambiental de Gualeguaychú denunció que “en sus 1.500 días de funcionamiento” la papelera arrojó “más de 38.000 toneladas” al aire y “más de 30.000 toneladas de tóxicos” al río Uruguay, hito fronterizo entre ambos países.
Sostuvo en una proclama que “se fugaron, debido a derrames de tanques y roturas de equipamientos, una muy importante pero desconocida cantidad de licor negro, insumos y compuestos tóxicos por el sistema colector de pluviales”.
La agrupación ecologista se movilizó hacia el puente General San Martín, que une a Gualeguaychú con Fray Bentos a través del río Uruguay, en su octava marcha de protesta desde 2005, cuando el anuncio de la instalación de la papelera desembocó en el peor conflicto entre argentinos y uruguayos en décadas.
Gualeguaychú, a 265 kilómetros al noreste de Buenos Aires, “ha optado hace muchos años por un estilo de vida basado en la preservación de sus recursos naturales, en el cuidado del ambiente y del planeta”, remarcaron los ecologistas.
Entre los postulados de la protesta, figuran el “uso responsable” de la cuenca del río Uruguay para mantenerlo libre de contaminación producida por papeleras como la de UPM (ex-Botnia).
Los Gobiernos de Argentina y Uruguay dieron por superado el conflicto en julio de 2010, cuando firmaron un acuerdo para el control ambiental conjunto del río Uruguay después de que la Corte Internacional de Justicia de La Haya dictaminara que no hubo pruebas suficientes de que la papelera finlandesa contamine el ambiente.