“Hay un ciudadano judío de 25 años” que ha sido trasladado a un hospital cercano para recibir atención médica, mientras que los dos supuestos agresores “han sido neutralizados”, dijo la portavoz de la Policía, Luba Samri.
Al parecer, dos hombres trataron de subir a un autobús en las inmediaciones de una sinagoga en la calle del profeta Ezequiel, en el barrio ortodoxo de Ramat Bet Shemesh.
Según explica la policía, los pasajeros del vehículo “repelieron” a los presuntos agresores y les expulsaron del autobús.
“La policía llegó al lugar y distinguió a los dos terroristas cuando apuñalaban a un hombre. Reaccionaron con precisión y los neutralizaron”, abundó Samri en un comunicado.
Las mismas fuentes identificaron a los atacantes como dos palestinos procedentes de la localidad de Surif, dentro de Cisjordania y próxima a Hebrón.
Se trata del primer suceso de la jornada después del último ocurrido poco antes de la medianoche también en un autobús, cuando un sospechoso fue tiroteado.
En principio, se pensó que el sospechoso era un palestino pero más tarde la Policía confirmó que portaba una identificación israelí.
“El caso de ayer en Romema (barrio ortodoxo de Jerusalén), que en un principio presumimos como un atentado, está bajo investigación. Efectivamente se trata de un ciudadano judío”, confirmó la portavoz policial Luba Samri a una consulta de Efe.
Otro portavoz señaló que “de acuerdo a su tarjeta de identidad es judío”, pero que “aún se investiga el documento” para certificar que su titular era la persona que lo llevaba.
El hombre, cuya identidad aún se desconoce, resultó muerto después de algún tipo de altercado con dos soldados que subieron a un autobús para revisar el vehículo, dentro de las nuevas medidas de vigilancia impuestas por el Gobierno israelí a raíz de la ola de violencia en la zona desde hace tres semanas.
Según la versión policial, el individuo bajaba del autobús y al sospechar de los dos soldados armados les exigió identificarse.
Ambos, que cumplían funciones policiales, se negaron y le pidieron a él su tarjeta de identidad, tras lo cual el individuo trató de arrebatar el arma a uno de ellos y el otro le disparó, a decir de testigos citados por medios locales y la policía.
La muerte del civil por agentes de seguridad en un aparente error o uso excesivo uso de la fuerza se suma a la de un emigrante eritreo el domingo, durante un tiroteo en la estación de autobuses de Beer Sheva (sur), al ser confundido con el atacante.
En un suceso que ha abierto un debate en la sociedad israelí, el emigrante fue tiroteado por dos agentes de seguridad, uno privado y otro de la policía y, aún malherido en el suelo, luego golpeado brutalmente por otros pasajeros.
Los resultados de la autopsia difundidos ayer, miércoles, indican que el eritreo ya estaba muerto cuando fue presuntamente linchado.