Medios de comunicación locales informaron de que la hija había denunciado ante el Comité para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio (CPVPV) que su padre “la acosaba sexualmente desde que era niña, cuando cursaba quinto de primaria (entorno a los diez años)”.
Los 2.000 latigazos se aplicarán al condenado en 40 veces, en cada una de las cuales recibirá 50 golpes.
Tras ser detenido, el padre fue remitido a la Fiscalía General, que a su vez presentó sus averiguaciones al tribunal, que ha impedido de por vida al procesado encontrase a solas con su hija o vivir con ella, aunque le ha mantenido el derecho a visitarla.
Según la ONG Asociación para el Desarrollo Familiar en Arabia Saudí, en 2012, el 22% de los menores fueron objeto de algún tipo de acoso por parte de sus familiares u otras personas.