La carta fue dirigida a todos los miembros de la congregación mexicana, en el centro desde hace varios años de un escándalo mundial por el comportamiento de su fallecido fundador, Marcial Maciel, acusado de abusos sexuales a menores y quien mantuvo una doble vida con dos mujeres y varios hijos.
“Tengo que admitir con pena que, en medio de lo que iba pasando en la Legión en estos años, que no fui suficientemente diligente para imponer restricciones adecuadas y asegurar que éstas se cumplieran”, escribió Corcuera al referirse al caso del cura estadounidense Thomas Williams.
El religioso Williams, importante profesor de teología moral de una universidad romana y conocido comentarista de una cadena de televisión estadounidense, sostuvo por años una relación con una mujer con quien tuvo un hijo.
La semana pasada, la congregación religiosa admitió oficialmente que había sido informada del caso y que había evitado tomar las medidas necesarias.
En esa ocasión, la entidad precisó que Williams se retiraría del ejercicio público del ministerio sacerdotal durante al menos un año parar orar, hacer penitencia y discernir sobre su futuro, según la nota.
Pese a ello, el director general se vió obligado a dar de nuevo explicaciones sobre su propio comportamiento, en una larga carta en la que habla de su “negligencia” y de sus “errores”, al haber permitido que el cura Williams permaneciera en su prestigioso cargo por siete años.
“Les comparto esto no como una excusa por mi falta de pericia en el manejo de la situación, sino para explicarla y pedirles su perdón”, recalcó.
En 2010, el papa Benedicto XVI encargó al cardenal Velasio De Paolis hacer una limpieza en esa orden ultra conservadora.
Los Legionarios de Cristo están presentes en 22 países, sobre todo en América Latina, y cuentan con 800 sacerdotes, 2.500 seminaristas, 70.000 miembros laicos y gestiona 12 universidades.