Tras entrevistarse el lunes con el presidente estadounidense Barack Obama en Washington, Rousseff cerraba el martes un corto viaje a Estados Unidos con reuniones en el MIT y la Universidad de Harvard, dos instituciones de excelencia educativa y tecnológica que figuran entre las mejores del mundo.
“Para Brasil es muy importante lo que estamos haciendo aquí. Abre un camino que estoy segura vamos a ampliar cada vez más”, dijo Rousseff en presencia de la presidenta del MIT, Susan Hockfield, antes de la firma de dos acuerdos de cooperación para aumentar el número de estudiantes brasileños y el intercambio de conocimiento tecnológico.
De su lado, Hockfield, presidenta del MIT desde 2004, expresó el “enorme entusiasmo por las puertas que estamos abriendo hoy para una nueva era” en las relaciones entre Brasil y esta institución, que en 2011 tenía 77 premios Nobel (entre diplomados y profesores) y 52 ganadores de medallas nacionales de ciencias.
Como parte del vínculo en crecimiento, el MIT va a crear una sede en el país sudamericano, afirmó el ministro de Educación brasileño, Aloizio Mercadante, aunque fuentes gubernamentales aclararon que por el momento se trata solo de una oferta de Brasil.
Por lo pronto, la escuela de ingeniería del MIT firmó el martes un convenio con el Instituto Tecnológico de Aeronáutica (ITA) de Sao Paulo para “explorar una colaboración” que podría dar lugar a “la concepción, diseño y creación de un Centro de Innovación”.
El objetivo de Rousseff en esta última parte de su viaje estadounidense es impulsar “Ciencia sin Fronteras”, un programa de fuerte inversión gubernamental que prevé otorgar 75.000 becas en cuatro años con el objetivo de que Brasil avance en tecnología e innovación a través del intercambio de investigadores, estudiantes y profesores entre instituciones brasileñas y del exterior.
Más de 7.000 interesados se han inscrito para participar en el programa solo en Estados Unidos, 1.500 han sido seleccionados y 555 ya se encuentran en instituciones estadounidenses, de acuerdo con cifras del gobierno brasileño.
Tras su paso por el MIT, Rousseff se reunió con el gobernador de Massachusetts, el demócrata Deval Patrick, y más tarde tenía previsto dirigirse a Harvard, también ubicada en Cambridge (afueras de Boston), parte del selecto grupo de ocho universidades privadas estadounidenses de la Ivy League.
Harvard también es famosa por la cantidad de premios Nobel, líderes mundiales e intelectuales que se han diplomado en sus aulas, aunque según la lista de las mejores universidades del mundo de la revista Times cedió en 2011 su posición de líder al Instituto de Tecnología de California (Caltech).
La agenda de Rousseff en Harvard incluye un encuentro con la presidenta de la universidad, Drew Faust, y una conferencia en la Kennedy School of Government (HKS, según sus siglas en inglés), especializada en administración pública.
El lunes, el presidente Obama elogió la “fuerte” relación con Brasil y aseguró que puede ir a más al recibir por primera vez en la Casa Blanca a Rousseff, quien criticó la política monetaria de los países avanzados.
Brasil, sexta economía del mundo, enfrenta una apreciación de su moneda frente al dólar, alimentada por la política de tasa casi cero que ha aplicado la Reserva Federal estadounidense para combatir los efectos de la crisis de 2008.