Los reactores estaban equipados con cables inflamables o instalaciones situadas muy juntas las unas de las otras, lo que podría facilitar la extensión de un incendio, aseguró el diario Mainichi, citando fuentes del ministerio de Industria y de la Autoridad Reguladora Nuclear (NRA).
El ministerio está investigando estos problemas y la Autoridad escuchará a las compañías eléctricas que gestionan los reactores, añadió el diario.
En algunos de estos reactores, las obras de renovación necesarias podrían retrasar varios años el reinicio de la actividad, afirmaron fuentes del ministerio de Industria al diario Mainichi.
Si esta renovación resultara muy costosa, los reactores afectados podrían ser desmantelados, aseguraron las fuentes.
Cerca de dos años después del accidente de Fukushima (220 km al nordeste de Tokio), 48 de los 50 reactores del archipiélago están desactivados, debido a las nuevas medidas de seguridad exigidas.
La Autoridad de regulación se pronunciará sobre la seguridad de las instalaciones después de estudiar, en algunos casos, nuevos datos sobre los riesgos sísmicos de las regiones en cuestión.