“El FSB puso fin en San Petersburgo a las actividades ilegales de una célula clandestina de miembros del EI que se disponía a cometer atentados el 16 de diciembre”, indicaron los servicios de seguridad en un comunicado citado por la agencia pública RIA Novosti.
El grupo planificaba un “atentado suicida” y “matanzas y explosiones en lugares muy transitados” de la antigua capital imperial rusa, según el texto. En total, siete miembros de la célula del grupo EI fueron detenidos durante una operación de las fuerzas de seguridad entre el miércoles y el jueves, según la misma fuente.
La policía se incautó de “una gran cantidad de explosivos destinados a fabricar dispositivos artesanales, armas automáticas y municiones, así como libros de contenido extremista”, añadió el comunicado.
El anuncio llega después de que el jefe de los servicios secretos, Alexandre Bortnikov, indicara el martes que temía la llegada a territorio ruso de yihadistas procedentes de Siria, donde el grupo yihadista perdió sus posiciones, en gran parte gracias al apoyo militar de Rusia al régimen de Damasco.
El FSB anunció el martes la detención de tres presuntos miembros del EI originarios de Asia central, acusados de preparar atentados suicida en Moscú para las fiestas de fin de año, y durante la campaña para la elección presidencial, que se celebrará en marzo.
Según el FSB, casi 2.900 yihadistas rusos, la mayoría originarios de las inestables repúblicas musulmanas del Cáucaso, fueron a Irak y Siria a combatir.
A ellos se suman varios miles de combatientes procedentes de países de Asia central. Rusia ha sido objeto de varios atentados este año, entre ellos uno en abril en el metro de San Petersburgo, que dejó 14 muertos.