“No hay signo de actividad terrorista hasta el momento”, aseguró el indonesio Mardjono Siswosuwarno, jefe del equipo investigador, según la cadena de televisión Channel NewsAsia. “No hemos escuchado sonido alguno de disparos o explosiones. De momento, en base a estos datos, podemos eliminar la posibilidad de terrorismo”, indicó Nurcahyo Utomo, otro investigador.
La caja negra que guarda el registro de las comunicaciones del avión sólo contiene las voces de los pilotos y no recoge nada que respalde la hipótesis del suicidio. Los expertos del comité de seguridad en el transporte de Indonesia han escuchado la grabación completa, pero la transcripción del contenido están aún realizándose. Otros profesionales trabajan con la caja negra que contiene el registro de los datos de vuelo, como las condiciones atmosféricas, la altitud, la velocidad y el peso.
El director de la Comisión Nacional de Seguridad en el Transporte, Tatang Kurniadi, anunció que el informe preliminar estará listo el 28 de enero. “El informe preliminar estará justo al cumplirse un mes del accidente”, prometió Kurniadi.
El avión del vuelo QZ8501 de AirAsia despegó de ciudad javanesa de Surabaya en la madrugada del 28 de diciembre y tenía previsto aterrizar unas horas más tarde en Singapur, pero se estrelló en el mar de Java unos 40 minutos después de partir. Transportaba a 155 indonesios, tres surcoreanos, un británico, un francés, un malasio y un singapurés, entre pasajeros y una tripulación de siete personas.