Efectivos de la Policía alejaron a los viandantes y también a los ocupantes de varios edificios de la calle Alcalá por la rotura de una tubería de gas que ha obligado a los bomberos madrileños a ocuparse de la reparación.
La zona desalojada es de unos trescientos metros de la calle, lo que incluye también cortes de tráfico.
Por el momento, no se han registrado informes sobre la existencia de heridos, aunque el dispositivo de emergencia, aparte de los bomberos, cuenta con personal sanitario.
Se trata de una zona en el corazón de la capital de España de fuerte presencia de comercios y de instituciones, cuya actividad ha quedado paralizada.