Así lo afirmó el presidente del Banco Mundial (BM), Jim Yong Kim.
En la visión de Kim, “programas condicionales de transferencia de efectivo” aplicados en países como Brasil y México han sido “un gran éxito” y “muy efectivos para retirar familias, mujeres y niños de la pobreza”.
“Pero la siguiente gran pregunta es cómo pueden estos programas conducir a estas mujeres y familias hasta el mercado laboral formal. Entonces, la gran cuestión es la creación de empleos. Y eso se aplica a toda América Latina”, expresó durante una conferencia de prensa en Washington, en el marco de las reuniones de primavera del Banco Mundial y el FMI.
El jerarca coreano mencionó específicamente el éxito del programa brasileño “Bolsa Familia” y el mexicano “Oportunidades”.
“Bolsa Familia”, que otorga complementos de renta a unos 13,8 millones de familias, ayudó a sacar según el gobierno a 36 millones de brasileños de la pobreza extrema. Mediante “Oportunidades”, por su parte, el Ejecutivo mexicano coordina incentivos para la educación, salud y nutrición de las familias en situación de pobreza interna.
En países donde esos programas de incentivos no han sido aplicados o donde los resultados son aún incipientes, añadió Kim, debería prestarse atención especial a la creación de “un ambiente empresarial donde el sector privado pueda crecer y crear empleos”.
Un estudio del BM reveló que “en las economías en desarrollo más de 90% de todos los puestos de empleos son creados en el sector privado”, apuntó Kim.
“Cuando ha habido éxito” en los esfuerzos para sacar las personas de la pobreza, “es necesario concentrarse” en que obtengan buenos empleos para mantenerse en la nueva situación, insistió el jerarca.
El miércoles, el economista jefe del BM para América Latina, Augusto de la Torre, alertó que el bajo crecimiento de la región este año podría estancar los avances registrados en materia social.
“Con el tipo de crecimiento que estamos teniendo en estos años no podemos mantener el ritmo de progreso social que tuvimos en los años anteriores”, dijo. Para de la Torre, la región experimentará un “estancamiento del progreso”, pero las mejoras sociales alcanzadas no se verán afectadas.