Esas son las conclusiones del primer informe de este órgano gubernamental sobre los actos de violencia registrados en los últimos tres meses, después de que las autoridades acusaran de un intento de golpe de Estado al exvicepresidente Riak Machar.
Con el inicio de los enfrentamientos en el interior del cuartel de la Guardia Republicana, en Yuba, algunos de sus efectivos militares cercaron y asesinaron en sus hogares a civiles de la tribu nuer, a la que pertenece Machar, según el informe.
Testigos confirmaron también que miembros de la rival tribu dinka, vestidos con uniformes militares y armados con fusiles automáticos, inspeccionaron viviendas en búsqueda de los nuer. La comisión señaló que el conflicto desde el comienzo tuvo connotación étnica, por lo que pidió contener de manera urgente esta situación.
El presidente sursudanés, Salva Kiir, es miembro del clan dinka, que junto al nuer constituyen las mayores tribus del país y poseen armas. El documento, que se centra solamente en lo sucedido en Yuba, será entregado al Parlamento y al Consejo de Estados.
Human Rights Watch (HRW) ya denunció en enero pasado que tanto las fuerzas gubernamentales como las rebeldes perpetraron ataques contra civiles y matanzas por motivos étnicos. El grupo, que entrevistó a 200 víctimas y testigos, indicó que hubo matanzas generalizadas de hombres de la tribu nuer a manos del Ejército sursudanés en la capital, y de miembros de esta tribu contra los dinka en la ciudad de Bor, entre otras.
Miles de personas han muerto y cientos de miles se han visto obligadas a abandonar sus hogares desde mediados de diciembre pasado por los combates.
El Gobierno y los insurgentes firmaron un acuerdo de alto el fuego el pasado 23 de enero en la capital de Etiopía, pero ambos bandos se han acusado de violarlo.