Está previsto que la delegación gubernamental se reúna a puerta cerrada en un lugar secreto para definir detalles logísticos con los delegados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que según Radio Caracol se encuentran ya en Oslo, aunque no hay confirmación oficial.
“No confirmamos cuándo llegan y cuándo se van las delegaciones”, declaró Veslemøy Lothe Salvesen, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores noruego.
Según anunciaron ayer las partes en un comunicado conjunto, la apertura formal de la mesa de negociaciones se realizará mañana, un día después de lo acordado inicialmente.
Las autoridades noruegas, que ejercen de facilitadoras del proceso, han informado de que se realizará una rueda de prensa en un hotel a las afueras de Oslo, aunque todavía no hay hora fijada para un acto que marcará el inicio de la segunda fase del proceso.
Antes de partir del aeropuerto militar de Catam en Bogotá hacia las 15:30 hora local (20:30 GMT, 17:30 hora paraguaya) el jefe del equipo negociador, el exvicepresidente Humberto de la Calle, expresó ayer su sentimiento de “esperanza” y de “optimismo moderado”.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, de regreso a la escena pública tras ser operado de un cáncer de próstata, reiteró horas después que con este proceso busca cerrar el conflicto armado que vive el país desde hace medio siglo.
Con la partida de las dos delegaciones se despejaba el panorama de cara a las reuniones de Oslo, adonde se esperaba que hubieran llegado el domingo, un retraso por razones logísticas que obligó a aplazar un día el encuentro, como admitieron las partes.
Entre las causas de la demora, el líder máximo de la guerrilla, alias “Timochenko”, citó hace dos días en una entrevista un retraso por parte de las autoridades judiciales para levantar las órdenes de captura contra los delegados de las FARC, que según confirmó la Interpol, ya quedaron suspendidas.
El Gobierno y las FARC asumieron el compromiso de entablar este diálogo de paz el pasado 26 de agosto en La Habana, mediante el llamado “Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”.
El acuerdo, que no incluye un alto el fuego previo, fue firmado tras seis meses de unas “conversaciones exploratorias” y secretas que tuvieron lugar en Cuba, país donde también se desarrollarán las negociaciones después de la inauguración en Oslo.
Cuba actúa además como garante del proceso, al igual que Noruega, mientras que Venezuela y Chile fueron designados acompañantes.