La activista, de 84 años, compareció hoy ante los medios en Roma junto a su nieto, Ignacio Guido, recuperado el pasado agosto después de 36 años de búsqueda y con quien ha viajado a Roma para mantener un encuentro con el pontífice.
La reunión se celebró ayer, en una atmósfera marcada por la “calidez y por una sinceridad magnífica”, y durante su transcurso abuela, nieto y papa abordaron temas concernientes a la política internacional y argentina e incluso hablaron de fútbol.
Tal es así que el pontífice e Ignacio Guido iniciaron un acalorado debate en defensa de sus respectivos equipos: el San Lorenzo de Almagro y el River, respectivamente.
Aunque de soslayo, también trataron las críticas que De Carlotto le dirigió en los momentos sucesivos a la “fumata blanca” que anunció al mundo su elección tras el cónclave de marzo de 2013 y que Francisco considera ya “un tema pasado”.
“Cuando tuvimos la noticia estábamos reunidos en la casa de Abuelas y todos dijimos '¡Uy!', porque no sentimos mucha alegría. La alegría de que es un papa argentino sí, fue muy bien recibida. Pero ahí surgió que no habíamos escuchado nunca a Bergoglio hablar de los desaparecidos”, recordó.
Sus críticas, con las que llegó a pedir un “mea culpa” del papa, se sostenían, según explicó, en “versiones malintencionadas” que circulaban por entonces por Argentina.
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo señaló que es “sano, humano y natural” rectificar y alegó que “si alguien sigue hablando mal del papa, sigue mintiendo”, en alusión a esas versiones sobre el rol de Bergoglio durante la dictadura argentina (1976-1983).
“Entre cristianos sabemos perdonar”, atajó la titular de la organización humanitaria.
Su visita no se debe a “ razones institucionales”, tal y como recalcó, sino que ha visitado la Santa Sede en calidad de “abuela que ha recuperado a su nieto”.
Por esta razón, no solicitó al pontífice la apertura de los archivos vaticanos para tratar de esclarecer algunos interrogantes de la última dictadura militar.
El papa quería conocer a su familia, por lo que la matriarca se desplazó con una comitiva de 18 miembros “del clan” -bromeó-, entre los que se encontraba Ignacio Guido Montoya.
Ya en abril de 2013, cuando el pontificado de Bergoglio rondaba el mes de antigüedad, De Carlotto tuvo la posibilidad de saludarle durante una de las audiencias generales que preside cada miércoles en la plaza de San Pedro.
En aquella ocasión le pidió una “colaboración explícita” de la jerarquía católica argentina con el fin de arrojar luz sobre ese periodo histórico del país.
Esta ayuda llegó y De Carlotto se mostró satisfecha de la actuación que la Iglesia de su país, con la que su organización mantiene “en la actualidad una muy buena relación”.
En este sentido reseñó el papel del presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, que ha grabado un anuncio televisivo junto a las Abuelas para pedir colaboración que ayude a identificar a las 385 personas que aún se estima que mantienen una falsa identidad.
Sobre la apertura del archivo vaticano, De Carlotto aseguró que “ no está cerrado el camino”, pero debe transcurrir “poco a poco”.
En relación a esta posibilidad se pronunció el embajador de Argentina ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, quien recordó que el “motu proprio” del papa de junio de 2013 prevé “asistencia especial para causas humanitarias”.
Por esta razón el diplomático señaló que mediante una petición judicial por parte de Argentina se podría acceder al histórico archivo del Vaticano.
Por último, también tomó la palabra el consejero político de la embajada argentina en Italia, Carlos Cherniak, quién informó sobre una “fuerte campaña” impulsada en Italia para tratar de hallar a hijos desaparecidos que pudieran residir en el país transalpino.
Las Abuelas de Plaza de Mayo ya han encontrado a 115 nietos desaparecidos, pero actualmente se estima que aún falta por conocer el paradero de otros 385 que durante aquel periodo fueron separados de sus madres y dados en adopción.