Los gobernantes de 11 países latinoamericanos y caribeños -entre ellos el venezolano Nicolás Maduro y el boliviano Evo Morales- participan en esta XIII cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), en un encuentro destinado más a celebrar el aniversario que a diseñar políticas conjuntas.
“Expresamos toda nuestra solidaridad y respaldo a Venezuela y nuestra más enérgica condena al intento de imponerle sanciones por parte de Estados Unidos”, expresó Raúl Castro en la ceremonia de apertura en el Palacio de la Revolución de La Habana, transmitida por la televisión cubana.
Washington aprobó el miércoles sanciones a altos funcionarios venezolanos a los que acusa de violar los derechos humanos en las manifestaciones opositoras de inicios de 2014. A continuación del presidente cubano habló Maduro, quien no se refirió a las sanciones de Washington, pero fustigó al “imperialismo” y las “trampas de los modelos tecnocráticos que se cuelan por los caminos (de América Latina) y se imponen desde los intereses de los poderosos del mundo”.
Con este cónclave, el bloque creado por el presidente venezolano Hugo Chávez (fallecido en 2013) y el líder cubano Fidel Castro (que dejó el mando en 2006) celebra su décimo aniversario. Morales afirmó que “entre Fidel y Hugo, una de las mejores obras que nos dejaron es esta ALBA” para “liberarnos de esta dominación” de las potencias occidentales. “Integración es sinónimo de liberación, y liberación es solución a los problemas de América Latina y el Caribe”, agregó.
“Son innegables los éxitos que acumula el ALBA en sus 10 años de existencia”, dijo Raúl Castro ante los demás líderes del bloque, entre ellos el nicaragüense Daniel Ortega. El presidente cubano destacó que “en esta reunión debe quedar formalizado el ingreso de Granada y San Cristóbal y Nieves (...), lo cual contribuirá a nuestro desarrollo”.
Los gobernantes de ambos países asistieron al cónclave, que debe culminar este mismo domingo. Con estos ingresos, el bloque pasó a tener 11 integrantes. Los otros miembros son: Bolivia, Ecuador, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Dominica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.
A esta cumbre del ALBA no acudió el mandatario ecuatoriano Rafael Correa, quien envió a su vicepresidente Jorge Glas. El ALBA se precia de haber sido la chispa que propició la creación de otras organizaciones, como la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
También presume de enfocar su acción hacia los más pobres. Uno de sus proyectos insignia es la “Operación milagro”, que ha permitido recuperar la vista a 3,4 millones de latinoamericanos, así como el programa “Yo sí puedo”, que ha alfabetizado a casi seis millones de personas, según La Habana.
El ALBA también creó una suerte de moneda común, el “sucre”, para dejar de usar el dólar en el comercio entre ellos, y PetroCaribe, un mecanismo que permite a países latinoamericanos y caribeños comprar petróleo venezolano en condiciones preferenciales. Sin embargo, el bloque no ha avanzado en la creación del Banco del ALBA ni de empresas supranacionales, iniciativas largamente prometidas.
El ALBA fue creada el 14 de diciembre de 2004, cuando Chávez y Fidel Castro firmaron los documentos de fundación en La Habana, como “forma de integración y unión de América Latina y el Caribe basada en un modelo de desarrollo independiente”.
Nació como alternativa al ALCA, el Acuerdo de Libre Comercio para las Américas que promovía Estados Unidos, proyecto que quedó sepultado en 2005 en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, Argentina, por el sólido rechazo de Brasil, Venezuela y Argentina. Sin embargo, no todos los países con gobiernos de izquierda integran el ALBA: Argentina, Brasil, Chile, Perú, Uruguay y El Salvador no son parte del bloque.
Sin embargo, el presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, asiste al cónclave, aprovechando que se somete a una revisión médica en la isla.