El movimiento comenzó en España el pasado mes de abril, pero se ha extendido a otros países de Latinoamérica, como Argentina. #Cuéntalo nació a raíz de una polémica sentencia española que condenó a un grupo de hombres conocidos como “la Manada” por abusos y no agresión sexual contra una joven de 18 años en las famosas fiestas de los Sanfermines de Pamplona (norte), en 2016.
La iniciativa tenía como objetivo denunciar públicamente situaciones de acoso y agresiones sexuales, llegó a extenderse a través de la red social Twitter hasta a 60 países y a generar en solo 14 días unos 2,75 millones de interacciones.
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Con 790.000 usuarios involucrados, sobre todo de España y Argentina, en #Cuéntalo se escribieron 160.000 tuits originales que denunciaban distintos tipos de violencia y que recibieron 2,59 millones de retuits y 5,5 millones de “me gusta”.
Ahora, todo ese material está recopilado en www.proyectocuentalo.org para que este relato permita conocer la prevalencia y la verdadera naturaleza de unas agresiones que durante mucho tiempo se mantuvieron silenciadas.
“Las mujeres han participado en la narración de la violencia machista que han sufrido. Es una barbaridad que hemos conocido y ahora se ha convertido en una memoria colectiva”, explicó hoy Fallarás en una rueda de prensa.
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A partir de los 40.000 relatos en primera persona y de otros 10.000 en segunda, los investigadores elaboraron un algoritmo para analizar y dar visibilidad a las distintas violencias que padecen las mujeres y descubrieron que el asesinato, las violaciones, las agresiones sexuales, el acoso y el miedo eran los protagonistas de estas historias.
El archivo de visualización de datos desvela que el 38% de los mensajes en Twitter se escribieron desde España y un 30% desde Argentina. Los investigadores también detectaron que 4.000 personas escribieron mensajes contra el movimiento #Cuéntalo, la mayoría hombres que se quejaban de que las mujeres se inventaban las denuncias de agresiones que contaban.
A diferencia del #metoo, #Cuéntalo ha sido una ruptura del silencio protagonizada por mujeres anónimas, ya que el 75% de las usuarias que narraron violencia en su contra tenían menos de 3.000 seguidores en Twitter.
El análisis de todos los mensajes, según la periodista e impulsora Cristina Fallarás, pone de manifiesto que la inmensa mayoría de las agresiones y violaciones se producen en el ámbito familiar. La periodista avanzó que se creará una herramienta para seguir recogiendo y categorizando datos de agresiones machistas en la red, aunque precisó que la administración pública debe implicarse para que el proyecto “pueda seguir”.