“Desde mañana cada republicano tiene una elección clara, solo dos campañas tienen un camino plausible a la nominación”, defendió Cruz en un discurso en Houston (Texas) antes de conocer los resultados de las primarias de Misuri, en las que mantiene una ajustada lucha con Trump.
Cruz se prodigó en halagos para su “amigo y colega” Marco Rubio y su “fuerte y positiva” campaña que “inspiró a muchos en todo el país”, tras la retirada del senador ante su rotunda derrota en las primarias de Florida.
“Los recibimos con los brazos abiertos”, dijo a continuación a los seguidores de Rubio, con la esperanza de que todo el voto contrario a Trump se aglutine ahora en torno a él.
“Nadie más tiene la capacidad matemática (de vencer a Trump), solo una campaña ha vencido a Donald Trump una y otra vez a lo largo y ancho del país desde Alaska hasta Maine”, argumentó.
Cruz ignoró así en su discurso al gobernador de Ohio, John Kasich, uno de los protagonistas de la noche al vencer en su estado a Trump y negarle así 66 delegados que habrían sido claves en su camino a la nominación.
La esperanza del “establishment” republicano no es que Kasich haga algo matemáticamente imposible como vencer a Trump, porque los 1.000 delegados que quedan en juego no son suficientes para que logre la mayoría necesaria ni en el mejor de los escenarios.
Lo que busca el aparato republicano, y también Kasich, es evitar que el magnate se haga con esa mayoría y, por tanto, el candidato se elija en una convención disputada.
Ese escenario, que no ocurre desde 1976 y que cada vez es más plausible, al no tener nadie la mayoría, los delegados votarían libremente y podría incluso presentarse un candidato que no haya participado en las primarias.
Cruz prefiere vencer a Trump antes de la Convención Nacional Republicana de julio, consciente de que no cuenta con el favor del núcleo tradicional del partido, que podría presentar un nuevo candidato de su gusto en esa reunión.
El senador Ted Cruz ha labrado su carrera política como férreo opositor del “establishment” republicano y al calor del movimiento ultraconservador Tea Party, por eso es muy difícil para la elite del partido aferrarse a él para vencer a Trump como lo hicieron con Rubio.
Cruz no ha ganado por el momento ningún estado en este tercer supermartes, en el que Trump se ha impuesto en Carolina del Norte, Florida e Illionis y Kasich en Ohio.
El magnate lidera el recuento de delegados con 619, frente a los 394 de Cruz y los 136 de Kasich.
En esta jornada decisiva votaron los estados de Carolina del Norte, Misuri, Illinois, Florida y Ohio, con 367 delegados en juego para los republicanos y 691 para los demócratas, de los 1.237 y 2.383 necesarios para asegurar la nominación, respectivamente.