Los choques internos del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC) y la falta de experiencia en el poder Ejecutivo no han permitido la mejor imagen de Solís como mandatario de Costa Rica, aun cuando la población le ha dado una buena nota.
Solís, durante esta semana, prescindió de uno de sus principales asesores en comunicación y “cerebro” de su campaña política, Iván Barrantes, en medio de una polémica por la labor del colaborador en el ámbito privado. La oposición y hasta el mismo partido de Solís, criticaron la presencia de Barrantes en la Casa Presidencial y exigieron su salida en los últimos días.
El fundador del PAC y actual diputado, Ottón Solís, reprochó las acciones del Gobierno, lo que ha debilitado la cúpula del partido. A esto se le suma las peticiones de la mayoría de legisladores que exigen el cierre de la Dirección de Inteligencia y Seguridad al considerarla como una “policía política”.
El otro tema polémico es el nombramiento del obispo luterano Melvin Jiménez como ministro de la Presidencia, un cargo que se considera la mano derecha del mandatario en asuntos internos y que además es el responsable de las relaciones entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo.
Solís, quien prometió una “casa de cristal” , y desde el primer día ordenó podar los arbustos que obstaculizaban la vista de Casa Presidencial desde la calle, como un acto simbólico de transparencia, ha visto como las acciones de sus mismos colaboradores lo han opacado.
El PAC, fundado en el año 2000, no había ejercido antes el poder, pero estuvo cerca de ganar las elecciones del 2006, cuando su candidato, Ottón Solís, perdió ante el Premio Nobel de la Paz Oscar Arias (2006-1010), por poco más de un 1%.
Esa falta de experiencia en el poder Ejecutivo es lo que ha llegado a afectar el mandato de Solís.
“ Hasta los mismos diputados se comportan como oposición, pidiendo cuentas y haciendo criticas, no han asumido que son oficialistas y que su relación debería ser mejor coordinada, entonces los de oposición se frotan las manos con la falta de pericia y experiencia del PAC”, explicó a Efe el analista político Claudio Alpízar.
El sector empresarial privado también criticó las acciones de la Administración de Solís e indicaron que han dado “señales confusas” con respecto a temas de seguridad jurídica, empleo, energía y gasto público, que “afectan la competitividad del país”.
Con las críticas de un lado, Solís recibió un respiro, cuando la encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la estatal Universidad de Costa Rica, divulgada el miércoles pasado por el Semanario Universidad indicó que los costarricenses dieron una nota de 7,25 al presidente Solís, de un máximo de diez.
Entre los resultados destacan que después de tres meses al frente del país, el 34,4% tiene alguna confianza en el mandatario y el 33,6% mucha confianza, mientras el 23% expresó poca confianza y el 6,3% ninguna. Un 2,8% no sabe o no respondió.
Sin embargo, pese a las buenas calificaciones que recibe Solís y su Gobierno, la gente sigue preocupada por el costo de la vida, la situación económica del país, la pobreza, el desempleo y la corrupción.
“Esta es la primera impresión que se llevan los ciudadanos de un gobernante, en ocasiones no hay segundas oportunidades. El ejecutivo desperdicio un espacio valioso para estos 100 días, pero tiene la ventaja de que todavía está en el arranque y puede mostrarse diferente ante la opinión pública y los ciudadanos”, indicó Alpízar.
Desde el primer día que Solís inicio funciones, el pasado 8 de mayo, tuvo que hacerle frente a una huelga de educadores que encontró como un lastre de la Administración de Laura Chinchilla (2010-2014) , ocasionado por fallos en el manejo de datos a la hora de migrar a un sistema de pagos más moderno.
Tras casi un mes de huelga y negociaciones sin acuerdos, los educadores presionaron al Gobierno por una solución, y bajo una serie de compromisos reanudaron las clases. Entre otras problemáticas que ha tenido que enfrentar se encuentra el acto simbólico de izar la bandera de la diversidad sexual junto a la de Costa Rica en el jardín de la Casa Presidencial, un hecho sin precedentes en el país para conmemorar el Día contra la Homofobia.
La iglesia católica, otros grupos religiosos, sectores políticos de oposición, así como ciudadanos a través de las redes sociales, criticaron este acto y algunos lo consideraron como una falta de respeto a la bandera del país.
Solís la próxima semana presentará un informe sobre el estado de la nación ante la Asamblea Legislativa, ahí indicará las orientaciones que el Gobierno adoptará y la hoja de ruta de su Administración (2014-2018).