Eso dijo a Efe el portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en este país, Pawel Krzysiek.
La caravana, organizada por el CICR y la Media Luna Roja siria, consiste en dieciséis camiones con alimentos y artículos higiénicos para 12.000 familias, así como pañales y libros escolares. Durante esta visita, un equipo de ambas organizaciones hará un recorrido no solo por la ciudad de Telbise, sino también por localidades vecinas, para evaluar la situación sanitaria y de las infraestructuras del agua, entre otros.
Telbise y otras poblaciones del norte de Homs están bajo el control de facciones armadas opositoras y sufren el cerco militar de los efectivos gubernamentales.
Este es el segundo convoy que llevan a cabo el CICR y la Media Luna Roja Siria a esa área desde el pasado 27 de abril. Pese a los recientes esfuerzos, Krzysiek recordó que las necesidades son muchas debido al asedio, la inseguridad y la falta de actividades que generen ingresos a sus habitantes.
“Los desplazados, que son la mitad de la población de Telbise y Al Rastan, son particularmente vulnerables y nuestra principal prioridad es llegar a ellos”, indicó.
Tras la escalada de violencia en el norte de Homs a finales de septiembre, civiles procedentes de pueblos como Ter Maleh, Ganto, Dar al Kibira y Al Mahata, entre otros, se trasladaron a Telbise y sus alrededores, así como a la urbe de Al Rastan, en la misma región. En consecuencia, la población inicial de Telbise de 30.000 habitantes se ha duplicado en los últimos meses.
Los desplazados residen en refugios colectivos como escuelas, mezquitas y edificios públicos de Telbise y otras localidades del área, como Farhania Oriental, Al Hasimiya, Al Makramiya, Al Saan y Al Sabil.
Según la ONU, un total de 4.500.000 personas residen en zonas de difícil acceso en Siria, que incluyen a 400.000 que habitan en áreas cercadas, bien por el régimen o la oposición.