Además de la pena de cárcel, a este hombre, de 32 años de edad, se le retiraron los derechos políticos de votar o ser elegido en las elecciones.
La fiscalía había pedido diez años de cárcel mientras que la defensa pedía, sin concretar una cifra determinada, una pena más baja.
La defensa consideraba que el condenado había incurrido en el delito de espionaje pero no en el de traición.
El condenado había trabajado para el Servicio de Inteligencia Alemán (BND) , uno de los tres servicios secretos del país.
Entre 2008 y 2014 el hombre entregó a la CIA más de 200 documentos clasificados como estrictamente confidenciales y recibió por ellos por lo menos 80.000 euros.