“Ahora debemos sentir la urgencia absoluta, ya que las personas están muriendo. Y las constantes excusas por la inacción no funcionan más. Ya no bastan”, insistió en una rueda de prensa en la Casa Blanca el presidente, citando una frase del legendario activista de derechos humanos y líder afroestadounidense Martin Luther King.
Obama estaba rodeado por familiares de víctimas fatales de armas de fuego, a quienes rindió homenaje.
“Cientos de miles de estadounidense han perdido hermanos y hermanas, o han sepultado a sus hijos.
Otros han tenido que aprender a vivir con discapacidad. O aprender a vivir sin el amor de sus vidas. Y varias de esas personas están aquí ahora”, dijo Obama, quien llegó a derramar lágrimas durante el discurso.
El mandatario afirmó que el multimillonario lobby de los fabricantes y vendedores de armas logró convencer al Congreso de bloquear cualquier tentativa de regular el acceso a armamento letal, pero que no puede hacer lo mismo con el Poder Ejecutivo.
“El lobby de las armas podría estar tomando de rehén al Congreso ahora mismo, pero ellos no pueden tomar de rehén a Estados Unidos” , dijo Obama, para quien esos grupos son “ruidosos y bien organizados para que sea fácil que las armas estén disponibles para todos, en cualquier momento”.
Sin embargo, señaló, los estadounidenses deben ser “igualmente apasionados e igualmente organizados en la defensa de nuestros niños. No es tan complicado”.
Obama criticó enérgicamente a quienes se oponen de forma radical a la aprobación de medidas elementales como el chequeo de antecedentes para quines desean comprar un arma de fuego, una posibilidad que, según dijo, tiene el apoyo del 90% de los estadounidenses.
“¿Cómo llegamos a esta situación? ¿Como hemos llegado a este cuadro en que hay personas que piensan que un chequeo de antecedentes equivale a sacarle las armas a las personas?” , se preguntó.
Según Obama, este escenario incluso bloquea la capacidad del gobierno para evitar que personas radicalizadas tengan acceso a armas pesadas.