“Fue un fallo contrario a la equidad y lleva a un detrimento de los colombianos”, sostuvo el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, al anunciar la decisión de retirarse del Pacto de Bogotá de 1948, en el que se reconoce la jurisdicción del tribunal de La Haya.
Fuentes del ese organismo jurídico internacional consultadas por Efe después del anuncio de Santos declinaron pronunciarse al respecto por considerar que “ésta es una cuestión política”.
El fallo en cuestión fue emitido el 19 de noviembre por unanimidad de los 15 jueces del tribunal y zanja una vieja disputa colombo-nicaragüense por el archipiélago caribeño de San Andrés.
La Corte, que ya en 2007 había reconocido que eran colombianas las tres islas mayores, San Andrés, Providencia y Santa Catalina, le dio ahora siete cayos cercanos, pero otorgó a Nicaragua soberanía sobre una amplia extensión de mar, rica en pesca y otros recursos.
La retirada de Colombia del Pacto de Bogotá “es una medida precipitada” que no afecta el fallo de la CIJ, aseguró hoy el representante legal de Nicaragua ante ese tribunal, Carlos Argüello.
“Retirarse del pacto no influye en la sentencia, la sentencia es cosa juzgada, eso se acabó... Colombia no tiene nada que ver con las 200 millas (de mar territorial de Nicaragua), son simplemente cuestiones de hecho y de derecho, no tenemos que ir a ningún (otro) tribunal”, dijo Argüello.
Si es así, los que se verían afectados son los casos todavía no resueltos por la CIJ, como una demanda presentada por Ecuador por las consecuencias que las fumigaciones con herbicida para erradicar cultivos ilícitos en Colombia tienen en territorio ecuatoriano.
En el caso del litigio con Nicaragua, la canciller colombiana, María Ángela Holguín, ya dijo el pasado 22 de noviembre en el Senado de su país que el fallo de la CIJ daba pie a que en el futuro ese país centroamericano haga reclamos territoriales más ambiciosos.
La ministra explicó ese día que cuando se abandona este tribunal, ninguna de las demandas que algún país pudiera interponer contra Colombia tendría efecto.
El fallo de la CIJ ha tenido gran repercusión no solo en Colombia y en Nicaragua sino en otros países de América Latina, una región donde los problemas territoriales siguen siendo un obstáculo para la integración y agriando las relaciones entre vecinos, doscientos años después de la independencia.
El eco ha sido mayor en Perú y Chile, debido a que la CIJ debe pronunciarse en 2013 por una demanda para que la Corte establezca los límites marítimos entre ambos países.
Perú, el demandante, alega que no están definidos los límites y que dos tratados bilaterales suscritos en los años 50, en los que según Chile sí se delimitan los territorios marítimos de cada uno, se refieren solo a asuntos de pesca.
El presidente chileno, Sebastián Piñera, admitió esta semana su preocupación por “otros” fallos sobre límites marítimos emitidos por la CIJ y dijo que el tribunal debe actuar “en base a derecho” en la controversia entre su país y Perú.
El expresidente chileno Eduardo Frei fue más lejos al señalar que el fallo en el litigio Colombia-Nicaragua no respeta ni los tratados ni la historia y puede animar a otros países a presentar nuevas reclamaciones “porque siempre les va a tocar algo”.
Hoy la prensa peruana publicó declaraciones de juristas para replicar unas declaraciones de los expresidentes chilenos Ricardo Lagos y Frei, quienes dijeron el martes, tras reunirse con Piñera, que un “fallo salomónico” no sería aceptable en el litigio de Chile y Perú.
“La Corte ha fallado y va a seguir fallando en derecho. En el caso Nicaragua-Colombia aplicó el derecho internacional para las islas y el derecho de mar para la delimitación marítima. La Corte no actúa salomónicamente. Actúa de acuerdo al derecho”, subrayó el excanciller José Antonio García Belaunde.
“Lo que tenemos que hacer es estar tranquilos y que en ambos países se tenga confianza en la Corte de La Haya, que está formada por jueces independientes especializados y reconocidos en el derecho internacional, que resolverán conforme a derecho”, dijo, por su parte, el jurista Eduardo Ferrero, que integra el equipo peruano en la CIJ.
El representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en Nicaragua, Juan Bautista Arríen, calificó hoy de “contrasentido” la retirada de Colombia del Pacto de Bogotá en momentos en que negocia la paz con las FARC.
“¿Cómo se va a poner Colombia frente a Nicaragua en términos de guerra y a la vez estar buscando la paz? Es un contrasentido”, dijo Arríen a EFE en referencia a las conversaciones del Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Cuba.