Aunque los demócratas se colocaron este sábado en el centro de la actualidad política norteamericana, los republicanos no se quedaron atrás y escalaron la guerra, principalmente el magnate Donald Trump y el senador de origen cubano Marco Rubio.
Ambos intercambiaron insultos en eventos de campaña paralelos, en los que debatieron desde temas serios hasta quién de los dos usa más maquillaje o cuál es un estafador.
“El tipo que tiene el peor bronceado artificial de Estados Unidos me ataca por usar maquillaje”, ironizó Rubio, de 44 años, ante sus seguidores en Georgia. La víspera, Trump ridiculizó a su rival por maquillarse en los debates.
Desde el jueves, Rubio ha usado contra Trump, de 69 años, el mismo tono que el magnate ha utilizado durante la campaña para descalificar a sus contrincantes republicanos.
El senador de Florida se mofó de las faltas de ortografía del hombre de negocios, cuestionó su olfato empresarial y lo tildó de estafador por una demanda de estudiantes contra la ya desaparecida Universidad Trump.
El magnate contraatacó burlándose de las orejas de Rubio y de su tendencia a transpirar, en un evento en la pista de un aeropuerto en Arkansas. “¿Yo, un estafador? Yo construí una gran empresa”, afirmó.
Estos agrios intercambios hicieron las delicias de Hillary Clinton, que se presenta como la candidata más experimentada para asumir la presidencia y lograr conseguir alianzas internacionales, sobre todo con los países musulmanes para luchar contra la organización yihadista Estado Islámico.
“¿Cómo un candidato a la presidencia podrá formar una coalición con ellos si pasa la mitad del tiempo insultándolos?”, se preguntó la exsecretaria de Estado de 68 años en Alabama, donde hizo un mitin antes de regresar a Carolina del Sur en la noche del sábado.
Pero Trump, que ha ganado tres de las cuatro primeras jornadas de primarias republicanas, es el favorito de cara al “supermartes”, el 1 de marzo. En las últimas 24 horas recibió el espaldarazo de dos gobernadores, Chris Christie de Nueva Jersey y Paul LePage de Maine, y de la exgobernadora de Arizona Jan Brewer.
Esto es una muestra de la creciente aceptación del magnate dentro del Partido Republicano, cuya cúpula no obstante busca desesperadamente torpedear su candidatura.
Clinton es la favorita en Carolina del Sur, estado histórico del sureste estadounidense, gracias al apoyo de la comunidad negra, que representa la mitad de los demócratas. Las mesas de votación cerrarán a las 00h00 GMT. Los partidarios de la exsenadora, sobre todo los de más edad, dicen que jamás han considerado la opción “Bernie”.
“Ella es la mejor de los dos candidatos. Ha estado luchando toda su vida”, dijo Jay Smith, un jubilado que asistió a votar este sábado con su hijo Roy. Ambos apoyaron a Clinton.
“Nunca hemos tenido a una mujer presidenta, es hora de que le demos la oportunidad de crear el caos. Los hombres lo han estado haciendo por 300 años” , dijo Elvira Kennedy, de 70 años.
Sanders ya tiene la cabeza en los estados del centro-oeste y norte del país que votarán en marzo. El senador por Vermont pasaba la jornada del sábado en Texas y Minesota.
“Estábamos 30 puntos por detrás en New Hampshire y ganamos. Teníamos 25 puntos de desventaja en Nevada, y quedamos apenas 5 puntos por detrás”, dijo Sanders, de 74 años, ante una multitud en Austin, Texas.
Sólo el 3% de los delegados para la convención de investidura demócrata de julio en Filadelfia, de cara a las presidenciales de noviembre, serán adjudicados la noche del sábado.
Pero 11 estados votarán la semana entrante en el “supermartes”, que definirá 18% de los delegados demócratas en juego (y 24% de los delegados republicanos) .
Sanders domina en Massachusetts y Vermont, pero varios estados del sur también votarán con una composición demográfica similar a la de Carolina del Sur, como Alabama, Georgia y Arkansas, donde el expresid